El escritor extremeño Franciso Serrano ha ganado el Premio Tusquets con la novela ‘El corazón revolucionario del mundo’, la historia de una célula terrorista anticapitalista de los años 70 en la que milita una mujer radicalizada, Valeria, hija de exiliados de la Guerra Civil, que ha sido captada tras quedar huérfana. Dotado con 18.000 euros, el jurado, formado por Antonio Orejudo, Bárbara Blasco, Eva Cosculluela, Corina Oproae (la ganadora del año pasado) y el editor Juan Cerezo, ha destacado la voz narrativa de Serrano, de «prodigiosa inventiva” y la construcción de un personaje que pasará por “la recuperación de la autoestima, el enamoramiento y la liberación”. La novela llega a las librerías el próximo 8 de octubre.
La acción de ‘El corazón revolucionario del mundo’ arranca en un piso franco de Londres en el que la protagonista, ya en la clandestinidad, es instruida por dos hombres: un mercenario experto en armas y documentos falsos y un seductor estratega. Inspirada en personajes históricos como Carlos el Chacal o la banda armada Baader-Meinhof de los años 70 del siglo XX, Serrano reconoce como influencias a Thomas Pynchon y ‘Libra’, la célebre biografía de Don DeLillo sobre Lee Harvey Oswald. Con la Guerra Fría como telón de fondo histórico, la novela cuenta con elementos como las dinámicas de culto al líder propias de una secta, la radicalización política y la confrontación de bloques características de la época. “La sospecha de si algunos personajes son dobles agentes está ahí. Ellos están en un bloque, pero no tienen una opinión muy positiva del KGB”, ha explicado esta mañana Serrano.
«El terrorismo es también un fenómeno cómico, además de absurdo, surrealista y trágico”, ha apuntado el presidente del jurado Orejudo, que ha destacado la comicidad con la que Serrano aborda una trama que también tiene mucho de thriller, según Cerezo. Para Blasco, Serrano ha logrado captar «ese algo estético que hay en lo revolucionario», en la estela de novelas como ‘Los detectives salvajes’ de Roberto Bolaño, sin caer en el romanticismo.
«La romantización de la violencia siempre es algo muy complicado», reconoce Serrano. «Lo que me interesaba eran las contradicciones que hay en una célula clandestina, por qué se acaba recurriendo a la violencia y la necesidad de encontrar una solución que acabe con los problema de un solo golpe, como una bala de plata, en lugar de una lucha diaria mucho menos seductora y, desde luego, más aburrida. El cerebro de la célula está obsesionado con una solución que acabe con todos los problemas del mundo a la vez: el capitalismo, la pobreza en el mundo, etc.”, adelanta el escritor extremeño, autor de otras novelas como ‘Perros del desierto’, ‘Hajira’ y ‘En la costa desaparecida’.
Suscríbete para seguir leyendo