“Ese mando ya no furula”, “el móvil no furula” o “la cafetera no furula”. Frases como estas son habituales en el día a día de muchos mallorquines, pero una joven ha puesto en duda su corrección lingüística en un vídeo que ha generado conversación en redes sociales. La expresión “no furula”, que equivale a “no funciona”, no aparece en catalán normativo y se trata de un castellanismo extendido entre catalanoparlantes de la isla, especialmente en contextos coloquiales.
El valor del habla popular
La duda viral se suma a una larga lista de debates sobre las particularidades lingüísticas de Mallorca. En los últimos meses, el perfil @parlars_mallorquins ya había arrancado sonrisas recopilando hasta 14 expresiones únicas de Manacor, como “xítxero” para referirse al pèsol, “safarnari” en lugar de pastanaga o la curiosa “quioquiequiola” como palabra para CocaCola. Una lista que despertó orgullo local y complicidad entre hablantes.
El catalán mallorquín, entre admiración y humor
El interés por la lengua de la isla no se limita a los mallorquines. Un creador de contenido catalán publicó hace unas semanas un vídeo en el que aseguraba que “el catalán que hablan en Mallorca es el puto mejor catalán del mundo”, elogiando su acento, su musicalidad y la forma de pronunciar expresiones cotidianas como “Bon dia”. El vídeo, mezcla de humor y admiración, se convirtió en una auténtica declaración de amor al habla de la isla.
La polémica sobre el “no furula” refleja el contraste entre el uso normativo de la lengua y la riqueza del habla popular. Para muchos jóvenes, expresiones como esta forman parte de su identidad cotidiana, aunque no sean correctas desde el punto de vista lingüístico. Para otros, es necesario distinguir entre lo coloquial y lo normativo, sin perder de vista la riqueza cultural que aportan estas variantes.












