Juan Gavasa, director de comunicación del Mundial de Trail de Canfranc Pirineos 2025 que se disputa entre el 25 y 28 de septiembre, conoce la montaña aragonesa como pocos. Vecino de Jaca, lleva un año volcado en el reto de explicar al mundo por qué un pequeño municipio pirenaico de apenas 600 habitantes puede convertirse en el epicentro mundial del trail, un deporte en plena expansión.
«Yo vivo en Jaca. Es en Jaca donde están todos los deportistas alojados, porque de otro modo sería imposible organizar un evento así en Canfranc», explica en una charla distentida con el diario Sport. Su vinculación con el territorio es directa: entiende Canfranc no solo como escenario deportivo, sino como símbolo de resistencia.
«El relato final que quiero que quede de este Mundial es que fue posible hacerlo en Canfranc. Esta es la oportunidad para la España despoblada de demostrar que, sin ser una gran ciudad, puedes organizar un campeonato del mundo. Primero porque tenemos las montañas y, en segundo lugar, porque tenemos la experiencia», asegura sonriente.
Para Gavasa, Canfranc es más que un enclave geográfico. Es una historia construida desde cero hace un siglo. «Canfranc no existía hace 100 años. Se construye a partir de una estación de ferrocarril y de un túnel que une España con Francia. Y los caminos que hoy recorrerán los atletas son los mismos que se abrieron entonces para reforestar los montes de alrededor de la estación». Aquella obra titánica implicó plantar siete millones de árboles para proteger de aludes y torrentes un complejo ferroviario monumental. «Los miles de obreros que trabajaban en esas montañas fueron abriendo senderos que hace 20 años el Ayuntamiento decidió señalizar. Esas rutas empezaron a ser transitadas por atletas que descubrieron unas montañas con morfología alpina».
El ferrocarril languideció y Canfranc pasó de 2.000 a apenas 400 habitantes en pleno siglo XX. «El Ayuntamiento decide: aquí tenemos que hacer algo, porque si no, esto desaparece. Y encuentran el trail como excusa para volver a poner a Canfranc en el mapa«, recuerda Gavasa. Ese camino llevó, décadas más tarde, a la elección del municipio como sede mundialista.
La estación, recién restaurada y convertida en hotel de lujo, ha devuelto esplendor a un lugar marcado por la historia. «Este año el New York Times eligió a Canfranc como uno de los 50 mejores destinos turísticos del año, justo cuando va a ser también el centro del trail mundial. Aquella localización en la que no vivía nadie hace 100 años, 100 años después se convierte en referencia internacional».
Un símbolo para Aragón
Gavasa, periodista de formación, ha escrito un libro sobre el lugar (Canfranc. El ferrocarril de los Pirineos, 2025) y conoce de memoria cada detalle. «Cuando llegas a Canfranc lo que te impacta es el edificio, pero en realidad lo importante es todo el paisaje alrededor, un paisaje inventado por el hombre. Hace 120 años, España era un país en subdesarrollo, pero la élite de la ingeniería de montes fue capaz de crear un paisaje donde no lo había. Que eso sea ahora el escenario del Mundial de Trail me parece primero muy hermoso y luego una especie de justicia poética».
Vista panorámica de la Estación de Canfranc reconvertida en hotel de lujo / ARCHIVO
La identidad aragonesa también late en su discurso. «En Aragón, el cierre del Canfranc y el rechazo al trasvase del Ebro son dos ideas sobre las que se ha construido buena parte de la identidad colectiva. Que al final, pese a que la reapertura ferroviaria no se ha producido, Canfranc tenga la oportunidad de albergar un campeonato del mundo gracias a lo que ocurrió hace 100 años, me parece algo muy simbólico».
Más allá de la logística y las dificultades organizativas, Gavasa lo tiene claro: lo que se juega en septiembre en Canfranc no es solo un campeonato deportivo, sino la confirmación de un relato. «El trail le ha ayudado a Canfranc, pero Canfranc también ha ayudado al trail. Y eso, al final, es lo que quedará en la memoria«.
Su devoción por el hockey hielo
En su biografía también aparece un vínculo estrecho con el hockey sobre hielo. «Yo soy de Jaca y en Jaca el hockey sobre hielo ha sido siempre el deporte rey. Todos los niños jugábamos en Jaca al hockey«, recuerda Gavasa, que llegó a vestir la camiseta de la selección española júnior.
Años más tarde, su vida le llevó a Canadá, donde residió una década en Toronto. «Allí es incomparable. Solo en el barrio donde yo vivía había veinte pistas de hielo. En España, creo que hay siete u ocho en todo el país«, explica, consciente de la distancia abismal entre el deporte en el Pirineo y en el país donde el hockey es religión.