Al menos 5.000 personas, según la policía, han tomado este miércoles las calles del centro de Londres para mostrar su rechazo a la visita al Reino Unido del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La marcha, convocada por más de 50 organizaciones civiles bajo fuertes medidas de seguridad, ha aglutinado a activistas de diversos ámbitos, desde la lucha contra el cambio climático hasta el combate contra la desigualdad racial o la defensa de Palestina, con el objetivo de presionar a las instituciones públicas y detener el acercamiento a Washington por parte del primer ministro laborista, Keir Starmer.
Manifestantes con carteles con proclamas como ‘No al racismo’ o ‘Detened el genocidio’ se han concentrado desde primera hora de la tarde en las inmediaciones de Oxford Circus, en la capital británica, para iniciar la marcha poco después hacia el Parlamento. Entre la multitud, congregada bajo el nombre ‘Stop Trump Coalition’, se han podido ver muñecos hinchables recreando a un bebé en pañales con el rostro del presidente estadounidense, una imagen que ya se dio en su anterior visita en 2019 y que se convirtió en un símbolo de las protestas contra él. Hasta 1.600 agentes han sido desplegados en la marcha para evitar posibles disturbios, aunque la asistencia de manifestantes ha sido menor que en aquella ocasión, cuando se llegaron a congregar hasta 75.000 personas, según los organizadores.
Líderes políticos
La concentración ha contado con la presencia de algunos líderes políticos, entre ellos el nuevo líder de los Verdes, Zach Polanski, quien ha acusado a Trump de ser cómplice del asedio de Israel sobre Gaza, calificado de genocidio por las principales organizaciones internacionales. «Nuestro país tiene una orgullosa tradición de defender a los más desfavorecidos. Hoy en día, eso significa apoyar a todos los niños de Gaza, a todos los que se encuentran en los campos de detención en las fronteras de Estados Unidos y a todos y cada uno de los que crecen en la pobreza aquí, en Gran Bretaña. Y plantar cara al matón Donald Trump y a su lacayo, Nigel Farage», ha asegurado.
Miembros de la Cámara de los Comunes también han mostrado su rechazo a la visita de Trump por la situación en Gaza. Uno de los más destacados ha sido el líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, quien ha anunciado que no acudirá a la cena de gala de este miércoles en Windsor como protesta. «No creo que se me eche de menos en el banquete de Estado, pero espero que, al tomar esta decisión, la gente debata el hecho de que el presidente Trump debería actuar. Como ciudadanos británicos y como Gobierno británico, deberíamos pedirle que lo detenga», ha asegurado.
Detenciones en Windsor
Las protestas de este miércoles se suman a las convocadas el día anterior frente al castillo de Windsor, donde miembros de la organización ‘Led By Donkeys’ denunciaron los vínculos del presidente estadounidense con el pedófilo Jeffrey Epstein proyectando fotografías de los dos en una de las paredes exteriores del edificio. Los manifestantes han mostrado su indignación por la amistad de Epstein no sólo con el líder republicano, sino también por sus lazos con el recién destituido embajador del Reino Unido en Washington, Peter Mandelson, así como con el hermano de Carlos III, el príncipe Andrés.
«Trump y Carlos mantienen una relación que se remonta a décadas atrás. El rey ha visitado Mar-a-Lago, al igual que Andrés. La familia Trump ha realizado donaciones a las organizaciones benéficas de Carlos y, como resultado, ha obtenido acceso a eventos reales y lujosas cenas», ha denunciado el portavoz de la organización antimonárquica Republic, Graham Smith. Al menos cuatro personas fueron detenidas el martes por las proyecciones en el castillo de Windsor, mientras que las autoridades aseguran haber realizado un «control de seguridad» a una furgoneta con una imagen de Trump y Epstein en el lateral, aunque por ahora no se han registrado nuevas detenciones.
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