Las esperanzas de salir algún día de prisión se disipan para los hermanos Menéndez. Lyle y Erik Menéndez, quienes fueron condenados por matar a sus padres José y Kitty en 1989, permanecerán entre rejas por ahora. El caso de los Menéndez se ha seguido en los últimos meses después del estreno en Netflix de una miniserie, ‘Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez’, dirigida por Ryan Murphy, y un documental; de gran éxito ambas.
Este lunes, 15 de septiembre, el juez William Ryan, de la Corte Superior de Los Ángeles, rechazó una petición de Habeas Corpus de 2023 presentada por los abogados de los hermanos, que citaba dos piezas con nuevas pruebas, según ellos, que respaldarían las denuncias de los reos de abuso sexual, según informó ABC 7.
De haberse concedido la petición, los hermanos habrían podido optar a tener un nuevo juicio, el tercero desde su detención.
Según el juez, las nuevas pruebas presentadas probablemente no habrían cambiado nada el «resultado en un jurado indeciso, ni en la condena por un delito menor», según informó también la cadena NBC4.
«Ninguna de las pruebas presentadas ahora son muy sólidas», ha explicado el juez. «La evidencia alegada aquí no es tan convincente como para generar una duda razonable en al menos un miembro del jurado ni para respaldar una instrucción de defensa propia imperfecta».
Una carta como prueba
La supuesta prueba fue una carta supuestamente enviada por Erik a su primo en 1989, antes de los asesinatos, que detallaba las denuncias de abuso sexual contra José. La segunda prueba fue una declaración jurada presentada por el exmiembro del grupo juvenil Menudo, Roy Rosselló, quien afirmó haber sido violado por José.
«La lucha continúa», afirma una publicación en la página de Facebook de Lyle Menéndez después del fallo.
«Esta decepcionante decisión no resta valor a Roy Rosselló ni al tormento que sufrió a manos de José Menéndez», continúa el escrito. «Afirmar que otra víctima de violación de José Menéndez no habría afectado la decisión de al menos un miembro del jurado es un ejercicio de agilidad mental. Y afirmar que la escritura de Erik también carecía de sentido también merecería una medalla de oro en la categoría de agilidad mental. ¡Adelante!».
Última posibilidad
Lyle, de 57 años, y Erik, de 54, pueden apelar la decisión del juez.
Pueden volver a solicitar libertad condicional en tres años gracias a que sus sentencias originales de prisión perpetua fueron reducidas a 50 años en mayo.
Su única oportunidad de ser liberados antes es si el gobernador de California, Gavin Newsom, les concede su petición de clemencia.
Crimen sangriento
Los hermanos mataron a José y Kitty Menéndez con escopetas en 1989, en un sangriento crimen que los fiscales caracterizaron en el juicio como un intento de hacerse con la entonces millonaria fortuna familiar.
Lyle y Erik afirman que cometieron el doble parricidio tras años de abuso sexual y psicológico de su padre, amparado por la negligencia de su madre.
A principios de este año, los hermanos fueron resentenciados a entre 50 años y cadena perpetua, lo que les permitió optar inmediatamente a la libertad condicional. Sin embargo, el mes pasado, a ambos se les negó la posibilidad de obtenerla.
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