Si el Liverpool hubiera sido inteligente, en lugar de fichar a Isak por 150 millones o a Ekitiké por 90, habría cerrado la contratación de Marcos Llorente porque el rojiblanco entra en trance cuando pisa el césped de Anfield, donde ha marcado cuatro goles en las dos últimas visitas del Atlético al templo ‘red’. En 2020 protagonizó el triunfo de los colchoneros y en esta ocasión lideró la resurrección de los rojiblancos que llegaban muy tocados en ataque sin Julián. Baena o Almada. Sin embargo, el poderío del Liverpool arruinó el esfuerzo colchonero con un gol postrero de Van Dijk en un córner en el que le ganó la posición a Le Normand en el descuento para cerrar el triunfo local. Una derrota cruel para un Atlético que mereció más.
Dos goles en cinco minutos
Cinco minutos tardó el Liverpool en romper cualquier expectativa del Atlético en Anfield. A los tres una falta lanzada por Salah tropezó en Robertson y batió a un Oblak que nada pudo hacer. Un gol tan doloroso como poco estético. Se relamía el Atlético la herida cuando dos minutos después Salah clavaba, esta vez sin ayuda, un zapatazo en la red rojiblanca. No hizo falta que Wirtz e Isak mostrasen su mejor versión. Los dos primeros crochés del Liverpool mandaron a la lona a un Atlético desfigurado por las bajas y endeble con la pelota en los pies. Con Raspadori y Nico González por delante de un Griezmann al que este fútbol se le hace vertiginoso, el Atlético era una marioneta en manos de un equipo de mucho más calado.
Barrios y Gallagher no eran capaces de hilvanar una jugada y Giuliano corría sin sentido y sin balón. Extrañaba que Simeone no hubiese echado mano de Koke para taponar un mediocampo en el que Gravenberch, Szoboszlai y Wirtz volaban. El italiano Maurizio Mariani dio cuatro minutos de descuento en el primer descanso con un (2-0) que se les hacía corto a los locales. Y ahí apareció el carácter rojiblanco con una llegada en la que Marcos Llorente, que parece bendecido en Anfield, recortaba distancias. El Atlético llegaba vivo al descanso, algo casi paranormal visto lo ocurrido en la primera parte.
El Liverpool quedó sonado y el Atlético salió con más cuajo en la segunda parte, en la que Raspadori hizo a trabajar a Allison antes de marcharse sustituido por un Koke que le dio mucho aplomo, reforzando la medular colchonera. Los de Simeone movían al rival con la pelota en los pies y eso no gustó a Slot, que echó mano de Ekitiké y Mac Allister ante la inquietud que generaba la escasa renta y el crecimiento del Atlético. Una contra del Liverpool terminó con un disparo de Salah al palo para alivio atlético cuando la grada ya cantaba el tercero. El Cholo pedía a los suyos más cabeza para rebajar el ritmo del partido con la pelota en los pies. No le interesaba el ida y vuelta, como había quedado cde manifiesto cuand salah cacheteaba al palo la bola.
Doblete de Llorente
Simeone, con esas soluciones creativas que a veces encuentra en su pizarra, estiró al equipo alineando tres laterales derechos en el campo con Pubill como tercer central, Nahuel de carrilero y Llorente en el medio con Koke. Y le salió bien porque Llorente está bendecido y en una jugada atropellada Marcos enganchó una volea que terminó en la red tras tocar en un defensa. Sellaba así un empate muy meritorio con Llorente com protagonista. Celebraban los atléticos un final feliz para una película que parecía de terror en su inicio. Pero no estaba escrito el desenlace, porque en el descuento un cabezazo de Van Dijk arruinaba la gesta de Llorente en Anfield. Derrota amarga en el estreno atlético en Champions en un partido loco.
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