Tras analizar los retos de cientos de municipios, una iniciativa alemana ha identificado los tres pilares que sostienen cualquier estrategia de adaptación climática exitosa: ofrece una hoja de ruta para que las administraciones locales de todo el mundo puedan autodiagnosticar sus debilidades y construir sobre sus fortalezas.
La adaptación al cambio climático representa uno de los mayores desafíos para las administraciones públicas, especialmente a nivel municipal. Son los ayuntamientos, distritos y concejos quienes deben traducir las grandes estrategias en acciones concretas sobre el terreno, ya sea protección contra el calor, prevención de lluvias torrenciales o mayor vegetación urbana.
Sin embargo, a menudo se encuentran con dificultades para implementar soluciones resilientes, enfrentándose a la falta de personal, a presupuestos ajustados y, sobre todo, a una brecha de conocimiento.
Para entender mejor estos obstáculos y encontrar formas de superarlos, el Instituto para la Investigación Social-Ecológica (ISOE) de Alemania llevó a cabo el proyecto «WissTransKlima» entre 2022 y 2024 en la región de Hesse. Este estudio no solo diagnosticó las necesidades de los municipios, sino que también exploró cómo transferir el conocimiento científico de manera efectiva a la práctica administrativa diaria. Ha logrado sistematizar un modelo de éxito.
El tamaño importa
El punto de partida del proyecto fue una encuesta en línea dirigida a los 422 municipios y 21 distritos de Hesse para conocer el estado real de la adaptación climática. Y lo primero que descubrió es que el tamaño de la localidad es, actualmente, el factor decisivo: las grandes ciudades y los distritos con más de 100.000 habitantes son más activos en la planificación e implementación de medidas. En cambio, los municipios más pequeños, especialmente aquellos con menos de 5.000 habitantes, se quedan atrás.
Estos últimos manifestaron carecer no solo de conocimientos científicos básicos sobre el cambio climático, sino también de información sobre opciones concretas de actuación y adaptación. Sus preferencias a la hora de recibir ayuda también difieren notablemente.
Mientras los pequeños municipios valoran formatos prácticos como las asesorías individuales, las excursiones para ver ejemplos de éxito y las listas de verificación (checklists), las grandes ciudades prefieren manuales, plantillas de presentación o argumentarios para defender sus proyectos.
El factor humano
La encuesta también arrojó luz sobre la dimensión humana del problema. Muchos de los responsables de la adaptación climática, que a menudo compaginan esta tarea con la protección del clima u otras funciones, afirmaron sentirse como «luchadores solitarios» dentro de sus propias administraciones.
Casi el 80% de los encuestados indicaron que no existía un puesto específico para un gestor de adaptación climática en su municipio. Además, muchos perciben que la urgencia del problema no es compartida por todas las áreas de la administración ni por los responsables políticos, lo que dificulta la cooperación interna.
En este contexto, un 90% de los participantes consideró que la adaptación climática representa un gran desafío para la estructura administrativa de su ayuntamiento, y un 74% se mostró a favor de que esta se convierta en una tarea municipal obligatoria por ley para darle el peso necesario.
Transferencia de conocimiento
Con este diagnóstico, el proyecto «WissTransKlima» pasó a su segunda fase: desarrollar un formato de transferencia de conocimiento que respondiera a las necesidades detectadas. En lugar de crear un producto estático como un folleto o una guía, se optó por iniciar un proceso de diálogo interactivo.
Se organizaron dos talleres dirigidos específicamente a los responsables de los distritos, reconociendo su papel crucial como coordinadores en el sistema federal alemán. El objetivo era crear un espacio para el aprendizaje entre pares (peer-to-peer learning), donde los participantes pudieran conocerse, compartir sus retos diarios e intercambiar soluciones prácticas.
La experiencia resultó muy satisfactoria. Los asistentes valoraron la oportunidad de conectar con colegas que enfrentaban problemas similares, rompiendo así la sensación de aislamiento. Durante las sesiones, se trataron temas tan concretos como la redacción de ofertas de empleo para los nuevos puestos de gestor climático, la elaboración de conceptos de adaptación o las estrategias para mejorar la comunicación y la concienciación pública.
Tres claves
De este proceso de intercambio emergieron tres condiciones fundamentales, o pilares, para que la gestión de la adaptación climática tenga éxito en una administración. El primero son las competencias individuales, es decir, el conocimiento técnico, la experiencia y las habilidades de los propios empleados ante los desafíos climáticos.
El segundo pilar es la resonancia de la organización, un concepto que describe cómo las iniciativas individuales dependen de la cooperación y el apoyo del resto de la estructura administrativa. Sin una conciencia compartida sobre la urgencia del problema, los responsables de la adaptación se ven obligados a librar una labor de persuasión interna que bloquea su potencial.
Finalmente, el tercer pilar es la creación de estructuras facilitadoras, los procesos de trabajo institucionalizados que contribuyen al éxito, como procedimientos eficientes para solicitar financiación, puestos de trabajo estables en lugar de contratos temporales, o canales de comunicación fluidos entre diferentes departamentos.
Referencia
Wissenstransfer in Kommunen. Wissensbedarfe in der Klimaanpassung in Hessen. Abschlussbericht „WissTransKlima“. Rossow, Verena, Thomas Friedrich, Nicola Schuldt-Baumgart, Immanuel Stieß, Celina Böhmer (2025). Frankfurt am Main.
Recomendaciones
El proyecto concluye con recomendaciones claras para consolidar los avances logrados. La principal es dar continuidad y fortalecer la red de contactos que comenzó a tejerse en los talleres, creando foros de intercambio estables para los gestores de adaptación climática.
Se propone que esta red se coordine de manera centralizada para organizar ofertas formativas específicas y monitorizar las necesidades de conocimiento de forma continua. Asimismo, se subraya la importancia de mejorar la cooperación entre las distintas agencias estatales para evitar la duplicación de esfuerzos y ofrecer un apoyo más sólido y cohesionado.
Más allá de Alemania
Lo más relevante es que la experiencia del proyecto «WissTransKlima» trasciende las fronteras alemanas, ya que los desafíos que identifica en la adaptación climática municipal son prácticamente universales.
Ayuntamientos y distritos de cualquier país, ya sea en Europa o en otros continentes, se enfrentan a limitaciones similares de personal, presupuesto y a la difícil tarea de traducir las directrices climáticas nacionales en acciones locales efectivas.
La brecha de capacidad y conocimiento entre las grandes ciudades, con más recursos, y los municipios pequeños y rurales es un fenómeno global, lo que convierte el enfoque alemán en un modelo de gran utilidad.