Francisco Garrido Sánchez, el empresario que se anuncia en Aribnb como el anfitrión Paco Garrido, sale a defenderse porque es «una cuestión de honor», asegura. A raíz de la publicación de este diario por la denuncia de un vecino de Puigderrós que sufre las molestias de una de las viviendas turísticas que comerciaLIza sin licencia, se justifica en que el Gobierno de Mallorca «no las da, nada más pone problemas». Dice tener permisos solicitados y sostiene que él no ha usurpado números de registros de otros inmuebles vacacionales: «Yo no los he puesto, no sé quién ha sido«, porfía, a pesar de que en la plataforma es el propio anunciante quien ha de rellenar la casilla con dicha información.
«Nosotros pagamos impuestos, muchísimos, ahora, si el Consell no da licencias…», se escuda el empresario. Subraya que por las villas turísticas que comercializa en Airbnb «tenemos cinco estrellas, tratamos a los clientes que ni los hoteles de Mallorca», afirma orgulloso. «Mi nombre sale como superanfitrión».
«Nosotros nada más tenemos casas y las anunciamos en las plataformas», dice Garrido. «Eso sí, lo hemos hecho con alguna sin licencia porque no las hay», reconoce. «Tengo que comer y vivir, como mucha gente, con mis trabajadores y mi personal», sostiene.
Villa Sunset Boulevard, una de las viviendas que comercializa Paco Garrido en Puntiró, en Palma / DM
Sobre el número de plazas que explota, al menos 300 según los 19 anuncios a su nombre en Aribnb, hasta quintuplicando el número de plazas de los registros que aparecían en la plataforma, replica: «Yo no hablo de plazas». En «un cumpleaños una plaza equivale a una persona. En una boda pueden entrar 30 personas».
«Trabajadores honrados»
Garrido insiste en que «las licencias están solicitadas«. «Somos trabajadores hornados. Si fuéramos una mafia no pagaríamos [impuestos] ni tendríamos las casas que tenemos que valen millones de euros» e «invertimos mucho dinero en nuestros clientes», se defiende. «¿Cómo puede ser que a este señor [dice por él] no le den licencias de alquiler vacacional?», para unas viviendas que dice tener desde «hace diez o quince años».
«Tengo casas con licencias y ningún inspector ha venido en la vida. Nada más quieren cobrar y cobrar»
El empresario rechaza responder a cuántas multas ha pagado por explotar ilegalmente las viviendas. «Eso es una cosa privada» y agrega que con «40.000 euros por multa (…) fíjese lo que he contribuido».
«Tengo casas con licencias, porque tengo otras, y ningún inspector ha venido en la vida. Nada más quieren cobrar y cobrar», zanja Garrido.
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