El presidente estadounidense, Donald Trump, no descarta declarar a Antifa —junto a otros grupos activistas de izquierda— como «terroristas nacionales» a raíz del asesinato del activista ultraconservador Charlie Kirk, que conmocionó a la sociedad norteamericana. «Es algo que haría, sí, si tuviera el apoyo de la gente que está aquí», afirmó Trump, señalando a miembros de su Gabinete en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
La advertencia se produjo este lunes, cuando el presidente y sus principales asesores amenazaron con activar la maquinaria ejecutiva para castigar lo que describieron como una «red de izquierda que financia e incita la violencia». Stephen Miller, uno de los principales asesores de Trump, reforzó las palabras de su superior asegurando que, «con Dios como testigo», utilizarían el poder del gobierno para «identificar, desbaratar, eliminar y destruir esta red y hacer que EEUU vuelva a ser seguro para el pueblo».
Sin versión oficial
La cúpula republicana no ha tardado en atribuir a una “ideología política de izquierda” a Tyler Robinson, el joven de 22 años acusado del magnicidio. Lo cierto es que los motivos que condujeron al presunto autor a perpetrar el crimen aún se investigan.
La ausencia de una explicación sólida sobre lo que llevó al acusado a cometer semejante acto no ha impedido que el caso haya servido de catalizador para acusar a los movimientos sociales de supuesta “violencia política”. «Tenemos algunos grupos bastante radicales y se han salido con la suya», dijo Trump, que aseguró que estaba manteniendo conversaciones con la fiscal general, Pam Bondi, sobre la posibilidad de presentar cargos en virtud de la Ley de Organizaciones Corruptas influenciadas por Extorsión (RICO, en inglés) contra «personas que han estado aportando millones y millones para la agitación».
«Destruir la disidencia»
Los demócratas lo interpretan de otro modo: consideran que la Casa Blanca está utilizando el asesinato de Kirk como subterfugio para reprimir la disidencia política mediante un discurso de odio. “El asesinato de Charlie Kirk podría haber unido a los estadounidenses para hacer frente a la violencia política. En lugar de eso, Trump y sus radicales antidemocráticos parecen estar preparando una campaña para destruir la disidencia”, escribió el senador por Connecticut, Chris Murphy, en X.
En la misma línea, el representante demócrata por Tejas, Greg Casar, denunció la instrumentalización del asesinato “atroz” de Kirk. “No se le puede permitir (a Trump) que utilice (el asesinato) como pretexto para perseguir a la oposición política pacífica”.
¿Qué es Antifa?
Entre todos los grupos que, en palabras del vicepresidente JD Vance, encarnarían el “extremismo de izquierda”, el Ejecutivo ha centrado especialmente sus ataques en Antifa. Este colectivo funciona como una red descentralizada que agrupa a activistas que se autodefinen como anarquistas, comunistas o, en síntesis, anticapitalistas, una posición poco común dentro del espectro ideológico estadounidense. Trump ha acusado en numerosas ocasiones a Antifa de promover la violencia, con especial ahínco durante los disturbios posteriores al asesinato de George Floyd en 2020.
La connotación de “terrorismo” tampoco es nueva. Diversos gabinetes republicanos han calificado reiteradamente a Antifa como “organización terrorista”, aunque expertos y funcionarios han subrayado la dificultad legal de sancionar a un movimiento tan descentralizado.
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