Fran Martín, de ‘recaudador’ de Sánchez con Koldo y Ábalos a delegado del Gobierno que aplaude el boicot a La Vuelta

De la agrupación de Arganzuela, donde está el planetario de Madrid, al estrellato sanchista. El delegado del Gobierno de Madrid, Fran Martín, está protagonizando un ascenso fulgurante en el firmamento socialista a base de polémicas y de ser un alumno disciplinado.

En unos años ha pasado de militante de base a intentar ser el principal contrapeso a Isabel Díaz Ayuso y a José Luis Martínez Almeida desde la Delegación de Gobierno.

Martín, ingeniero de Montes de profesión y trabajador de Tragsa, fue uno de los primeros en respaldar a Sánchez, tras la traumática salida del secretario general en 2017 y su posterior carrera por recuperar el cetro de Ferraz.

Incluso fue el presidente de «Bancal de Rosas«, una asociación de crowdfunding, creada para recaudar fondos anónimos destinados a financiar la campaña de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE de ese año y que logró recaudar aproximadamente 128.908 euros.

El modus operandi levantó las sospechas del Tribunal de Cuentas, que en 2017 emitió un informe en el que estableció que toda financiación de campañas dentro del PSOE, incluyendo las primarias, debía ajustarse a la Ley Orgánica de Financiación de Partidos Políticos y permitir la transparencia sobre las donaciones.

Algo que no se cumplió plenamente, ya que muchas donaciones permanecieron anónimas y no se entregó el listado de donantes ni al PSOE ni al Tribunal.

El tribunal insistió en que, aunque Sánchez argumentó que no era aún candidato formal, la ley de financiación se aplicaba desde que se realizan actos dirigidos a participar en el proceso.

Por esta razón, se ordenó suspender la recaudación mediante crowdfunding en marzo de 2017, lo que Sánchez finalmente aceptó.

Esta experiencia no frustró al líder socialista que, en cuanto ganó las primarias, ascendió a Martín a Director de Administración y Finanzas de Ferraz. Fue cuando José Luis Ábalos se convirtió en el hombre fuerte del partido.

Koldo García, que había dormido con los avales de las primarias de Sánchez, acabó siendo la mano del ministro de Transportes.

Durante este tiempo, primó la discreción y la cercanía. Algunos de los que coincidieron con el hoy delegado del Gobierno le definen como una persona alegre y un aficionado a la música pop/rock con inclinaciones por lo indie.

A Moncloa

Martín es junto con Félix Bolaños, ahora ministro de Presidencia y Justicia, uno de los artífices del aparato sanchista en Madrid durante las primarias de 2018. Ambos forman una dupla inseparable. Uno de Arganzuela, otro de Latina.

En 2021, ambos dan el salto. Bolaños asciende a ministro y Martín se convierte en secretario general de Presidencia.

«La primera vez que estuve en Moncloa vine cuando era el presidente Rodríguez Zapatero; estaba en la universidad y un amigo trabajaba aquí, de asesor con el ministro de Presidencia de entonces», admitía Martín en un fragmento del docu-reality Moncloa, cuatro estaciones, en la que aseguraba que mantenía «viva esa ilusión y ese frikismo».

En ese programa también se encargaba de explicar su trabajo. Lo hacía a bordo de su coche oficial, tras abandonar su urbanización y dejar a sus hijos en el colegio. «La secretaría general es la encargada de que Moncloa funcione», aseguraba Martín.

Durante esta etapa, se convierte en «superior jerárquico de Cristina Álvarez«, la asesora que realizó tareas privadas para Begoña Gómez. De ahí que el pasado mayo, el juez instructor, Juan Carlos Peinado, le imputase a él un presunto delito de malversación de caudales públicos.

Salto a la primera fila

De Moncloa salta a la delegación del Gobierno. Es en 2023 cuando se le nombra por intermediación de su amigo Bolaños. También es cuando se destapa como un sanchista acérrimo.

Busca el cuerpo a cuerpo con Ayuso y tiene declaraciones polémicas, como cuando afirmó que «los supuestos enemigos de España», en referencia a Bildu, han hecho más por nuestro país que «los patrioteros de pulsera», en alusión a PP y Vox.

Unas declaraciones que sorprendieron incluso a los que le conocieron en Moncloa.

«Está a lo que toca. No hay ni un milímetro de margen para la sensatez, personalidad, criterio propio. Es instrucción/ ejecución», afirman algunos de los que le trataron en el partido hasta no hace mucho.

La última polémica la protagonizó este fin de semana con el boicot a la Vuelta.

Martín prometió que habría 1.500 policías y guardias civiles desplegados para «velar por la seguridad, tanto para el evento deportivo como para todos los espectadores y de los manifestantes que quieran protestar frente al genocidio que está cometiendo Israel en Gaza».

Pero tras los disturbios, incluso se congratulaba de que se haya «enviado al mundo un inmenso mensaje de solidaridad, de humanidad y de empatía con el sufrimiento del pueblo palestino» y «una gran llamada a la reacción de la comunidad internacional».

Pese a los 22 policías heridos, Martín celebró que no hubo «incidentes graves». Incluso cargaba contra Ayuso: «No sé cómo puede atreverse a señalar que nadie alienta nada sin mirarse al espejo».

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