Yulimar Rojas, atleta del FC Barcelona, es al triple salto lo que Armand Duplantis a la pértiga, Michael Jordan al baloncesto, Wayne Gretzky al hockey hielo o Michael Phelps a la natación. La venezolana se colgó el oro en los Juegos de Tokio y ahora busca en la capital nipona su quinto título universal consecutivo después de un auténtico calvario.
Con una marca descomunal de 15,74 como récord mundial que data del 22 de marzo de 2022 en el Mundial en pista cubierta de Belgrado, la ‘reina del Caribe’ vivió un momento inusual para ella hace dos años en los Mundiales de Budapest, cuando tan solo era octava a falta de una ronda en la final de triple salto.
«Gracias a (Pedroso, su entrenador). Recuerdo sus palabras en medio de este caos técnico, psicológico y físico que tenía… No sabía qué me pasaba. Me dijo, ‘oye, yo creo en ti, sé que lo puedes conseguir. Eres tú contra tú, así que saca esa Yulimar que todos sabemos que está ahí’. Eso me hizo decir, ‘¡eeeepa!, ¿qué está pasando?'», explicó tras la venezolana tras la final.
La caraqueña emergió con una marca de 15,08 que le permitió superar a la ahora sancionada por ‘tramposa’ Maryna Beck-Romanchuk (15,00) y a la cubana Leyanis Pérez-Hernández (14,96). Ninguna de sus siete rivales pasó de 15 metros en esa sexta ronda y la mejor triplista de la historia logró su medalla de oro más complicada.
Yulimar Rojas saltó 15,49 a la primera en Tokio / AP
Todo parecía encarado para lograr un año después su segundo oro olímpico consecutivo tras morder el polvo en Río’16 ante la colombiana Catherine Ibargüen. Tan importante era la cita parisina, que Yulimar Rojas renunció al Mundial bajo techo de Glasgow en marzo… pero el 12 de marzo su cielo se nubló en un entrenamiento.
La azulgrana se había roto el tendón de Aquiles de la pierna izquierda, una gravísima lesión que sufrió el exazulgrana Ferrao cuando era el mejor jugador del mundo de fútbol sala o la atleta catalana María Vicente. Tras días de lágrimas, Rojas recuperó ese carácter alegre que la hace tan querida y se puso manos a la obra.
El eminente fisio federativo Miquel Àngel Cos trabajó día a día con ella en el CAR Sant Cugat mientras la atleta volvía locos a todos con la música caribeña a todo volumen. Prensa Ibérica la pudo ver un día en pleno trabajo. Pasaba de sufrir en los ejercicios a levantarse y mover el cuerpo con la música mientras soltaba algún ‘alegría’.
540 días después de Budapest’23, la poseedora del récord mundial de triple salto regresó a principios de marzo de 2025 en longitud y todos sus saltos fueron nulos. No volvió a aparecer y este martes ha participado en la clasificación de triple salto sin ninguna marca registrada el todo en año, ni en su prueba fetiche ni en la longitud.
Con una figura muy estilizada, la ‘Reina del Caribe’ ha paseado su majestuosidad por el Estadio Nacional de Tokio con un salto con bastantes errores técnicos (sobre todo entre el primer y el segundo salto) para irse a 17,49 (pedían 14,45). Este jueves disputará la final a las 13.55 horas. Tras el ‘vini’ y el ‘vici’, ¿podrá decir ‘vinci’ como el emperador romano Julio César?
No lo tendrá nada fácil por la presencia (sobre todo) de la cubana Leyanis Pérez-Hernández. Con un físico espectacular, la cubana parece un escalón por encima actualmente tras lograr en marzo en Nanking su primer gran oro en el Mundial bajo techo. Este martes ha saltado 14,66 con una gran sensación de superioridad.