La Champions es la Champions. Es el mayor escenario futbolístico del planeta, esa competición creada para los elegidos, la élite de la élite. Un torneo en el que el mínimo descuido te penaliza y los fallos te condenan. Y precisamente eso vivió en primera persona el Villarreal CF, que anoche se marchó de vacío de su visita al estadio del Tottenham (1-0) en el estreno de la quinta participación grogueta en la Liga de Campeones.
Un error clamoroso del guardameta Luiz Júnior, al que se le escapó el balón de forma incomprensible, en la primera acción del partido fue aprovechada por los Spurs para adelantarse en el marcador.
Demasiado fácil para un rival como el Tottenham Hotspur, plagado de estrellas, al que casi no le hizo falta ni esforzarse tras adelantarse en el marcador.
Cierto es que, tras el mazado inicial, los amarillos se repusieron y dominaron el 90% del encuentro e incluso generaron situaciones de peligro. Pero también es de recibo reconocer que ninguna de las ocasiones terminó entre los tres palos, convirtiendo al meta Vicario en espectador de lujo.
Hay que hacer más para puntuar en la Champions y a buen seguro que los de Marcelino García Toral aprenderán la lección.
El mazazo fatal
El escenario era perfecto, de los grandes. Todo un templo del fútbol como el Tottenham Hotspur Stadium. Festival de luces, lona con el balón a modo de logotipo de la Champions y sí, el himno, ese cántico casi sin letra que emociona y pone la piel de gallina.
Con esos ingredientes regresaba el Villarreal a la Champions. El sueño de cualquier futbolista, de cualquier entrenador y de cualquier aficionado. Y encima ante un rival de tronío como el londinense.
Pero el Submarino despertó de un plumazo a los cuatro minutos de juego. En una acción sin aparente peligro, un centro raso del sueco Bergvall desde la derecha iba cómodamente a las manos de Luiz Júnior, y el meta brasileño vivió en sus carnes la parte más cruel del fútbol. O Goleiro intentó coger el esférico, pero con un césped tan húmedo y recién regado (lo hicieron justo antes de saltar al campo) se le resbaló el balón, rebotando en sus rodillas y colándose mansamente en su propia portería.
Luiz Jr. en el calentamiento del Tottenham-Villarreal. / Europa Press
Un mazazo que condicionó al brasileño el resto del partido, y también al resto del equipo.
Con el 1-0 nada más comenzar había que remar contracorriente. Y el Submarino lo hizo.
La reacción
Gueye y Comesaña comenzaron a adueñarse de la medular, Sergi Cardona y Mouriño contenían a los peligrosos extremos del Tottenham y, especialmente, Nicolas Pepe y Buchanan hacían daño por ambas bandas.
Los dos extremos protagonizaron las mejores ocasiones de un primer acto en el que los locales se dedicaron a esperar a raíz del gol. Pepe hizo dos jugadas marca de la casa, una de ellas con remate cerca del poste y un magistral pase a Buchanan, que solo ante Vicario remató colocado fuera por poco. Sin nada más se llegó al descanso.
En busca del premio
El segundo acto arrancó sin cambios, pero con un Villarreal más convencido. El Tottenham seguía en su cueva, mientras que los groguets seguían haciendo daño por bandas y con alguna irrupción de Pape Gueye. Pepe la tuvo a los 10 minutos de la reanudación e incluso a balón parado, con un remate de Foyth, hizo daño el Submarino.
El conjunto de Thomas Frank no comparecía ante la presión de un combinado groguet que no dejaba maniobras a los ingleses. El Villarreal lo intentaba y dominaba, pero no terminaba de convertir su dominio en ocasiones claras ante el portero rival.
Marcelino movió ficha dando entrada a Parejo para canalizar en la medular, a Thomas Partey para ganar en consistencia y Pedraza, Ilias Akhomach y Moleiro en busca de mayor profundidad.

Thomas Partey, en el calentamiento del Tottenham-Villarreal. / Agencias
En la recta final, Moleiro puso un balón con música a Mikautadze, que provocó una falta en la frontal. Su ejecución corrió a cargo de Pepe, que como en el Metropolitano, acarició el gol con un lanzamiento cerca de la escuadra derecha del marco de Vicario.
Pero faltó tiempo. El Tottenham supo tapar las vías de pase de los groguets y vivió de la renta del fallo inicial de Luiz Júnior. Y ya se sabe, la Champions te penaliza y si regalas un gol, más. El Villarreal dio la cara en Londres, pero no fue suficiente para puntuar.
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