Jair Bolsonaro fue trasladado esta tarde a un hospital en Brasilia debido a «una fuerte crisis de hipo, vómitos y presión baja». El expresidente de Brasil se encuentra bajo arresto domiciliario por una orden judicial previa a la condena a 27 años y tres meses de cárcel por encabezar una «organización criminal» para mantenerse en el poder. Según su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, el excapitán del Ejército fue acompañado al nosocomio «por policías penales que vigilan su casa en Brasilia, ya que se trataba de una emergencia». Bolsonaro hijo pidió «a todos que recen para que no sea nada grave».
El exmandatario, consignó Leandro Echenique, cardiólogo del expresidente, se encontraba consciente, pero aún no había detalles sobre su estado clínico.
De acuerdo con el diputado derechista Evair de Melo, Bolsonaro comenzó a sentirse mal durante la madrugada. «Ya teníamos la información de que se había sentido mal. Y ha tenido complicaciones esta tarde».
El diario paulista ´Folha` informó que vehículos de la Policía Penal del Distrito Federal escoltaron a Bolsonaro hasta el hospital DF Star. «Las patrullas están posicionadas a la salida del centro de salud, que se encuentra en una zona muy transitada de Brasilia. También hay agentes uniformados en el vestíbulo».
El excapitán ya había acudido al DF Star el pasado domingo para someterse a un examen. Los médicos le diagnosticaron anemia por falta de hierro y secuelas de neumonía. También le extrajeron lesiones cutáneas para evaluar la necesidad de tratamiento.
Bolsonaro ha sido objeto de un atentado durante la campaña electoral de 2018 que lo llevó a la presidencia. Un enfermo psiquiátrico clavó un cuchillo en su estómago. Desde entonces ha enfrentado complicaciones digestivas y varias intervenciones quirúrgicas. En abril pasado estuvo tres semanas hospitalizado. Los aliados del líder de la ultraderecha suelen subrayar que su salud es delicada y una de las razones para promover la amnistía en el Congreso. Las razones no son solo políticas sino clínicas.