«Me hacía entrenar aun estando lesionada, me menospreciaba y controlaba mi dieta. Incluso me removió la escayola sin permiso médico en una ocasión». Es el relato de una de las exgimnastas que denunciaron el año pasado al que fue su entrenador en el Centro de Tecnificación Deportiva de Baleares, Pedro Mir, cuando ellas eran menores de edad.
Cuatro jóvenes que pertenecían al Club mallorquín de Gimnasia Artística Xelska, y que actualmente tienen entre 18 y 29 años, acusaron a Mir de someterlas a trato degradante, varios delitos de lesiones y un delito de coacciones, durante su preparación en el centro de alto rendimiento. Pero, según ha podido saber el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, el juzgado de instrucción 12 de Palma de Mallorca acaba de archivar el caso tras concluir que la mayoría de los delitos denunciados, que el entrenador habría cometido entre los años 2008 y 2019, han prescrito.
«Reprobables, de ser ciertos»
Tras conocerse los hechos, Mir, representado por el abogado Jaime Campaner, negó haber agredido ni tratado mal a las deportistas y aseguró que es prácticamente imposible que «hechos tan graves como los denunciados» hubieran ocurrido «en un centro como ese, en el que está todo de cara al público«.
El juez concluye en su auto, al que ha accedido este medio, que los hechos que las exgimnastas atribuyen al entrenador, «de ser ciertos», son «reprobables», pero no entra a valorar los relatos de las denunciantes. Tampoco los argumentos de la defensa de Mir sobre los hechos.
«Si eres gorda, te caes»
En sus denuncias, a las que se unieron las de la madre de otra exgimnasta y una sexta presentada por una extrabajadora del club Xelska, las deportistas aseguraron que durante los entrenamientos Mir las «humillaba», «insultaba», «coaccionaba» e incluso las «agredió físicamente, con manotazos y guantazos» en tres ocasiones. Una exgimnasta sostiene que, como consecuencia del trato que le había dado Mir, tiene problemas con la comida, porque el entrenador la hostigaba a diario con frases como: «Te lesionas porque estás gorda. Si eres delgada, vuelas; si eres gorda, te caes».
Otra de las jóvenes denunció que, cuando Mir era su entrenador, «la coaccionó» para que realizara «paralelas asimétricas», uno de los ejercicios del entrenamiento al que mayor «temor» tenía, y tuvo que hacerlo al mismo tiempo que el preparador le exigía que «contara hacia atrás».
«Corregir, disciplinar y exigir»
A lo largo del procedimiento, la defensa de Mir ha sostenido que muchas de las conductas que denuncian las deportistas forman parte de un entrenamiento normal en un centro de alto rendimiento dirigidas a «corregir, disciplinar y exigir un mayor esfuerzo a las gimnastas, a fin de alcanzar un alto nivel de competición».
De las seis denuncias judicializadas contra Mir, solo hay una en que los hechos no habrían prescrito, según detalla el juez en su auto. Se trata del caso denunciado por la madre de una exgimnasta, que acusa al entrenador de «agravar» una lesión que sufrió su hija en mayo de 2018.
Entonces, la joven sufrió una caída y «tuvo que ser escayolada». Según sostiene su madre, al día siguiente la gimnasta acudió «a la sala de gimnasia y por orden de Mir se le quitó la escayola (…)». La mujer asegura además que, «siguiendo las directrices» del entrenador, su hija «siguió entrenando y compitiendo a pesar de que ella le manifestó que no podía de dolor«.
«Siguiendo el criterio médico»
El juez explica en su resolución que Mir se limitó a seguir entrenando a la joven «siguiendo el criterio médico» de los facultativos que atendieron su lesión y emitieron un diagnóstico, del que el entrenador «no era responsable». Añade que los hechos podrían constituir un delito de lesiones por imprudencia o negligencia profesional, pero que la acusación debería formularse en todo caso contra los responsables de ese supuesto diagnóstico erróneo.
Las deportistas apuntaron en sus denuncias a la posibilidad de que el entrenador, que sigue en activo en el club Xelska, «mantuviera las mismas conductas» con «nuevas gimnastas» y pidieron investigarlo, al considerar que en ese caso los hechos no estarían prescritos.
Sin embargo, a lo largo del año y medio en que el caso ha estado investigándose, no se han presentado nuevas denuncias, según recoge el auto del juez: «No se han producido declaraciones ni denuncias de nuevas gimnastas, ni de fisioterapeutas ni profesionales de la salud que permitan determinar que han ocurrido con posterioridad hechos similares a los denunciados».