Si alguna vez te ha parpadeado en el cuadro de instrumentos un icono con un coche derrapando, estabas viendo actuar al ESP, o lo que es lo mismo, el Programa Electrónico de Estabilidad. No es algo anecdótico. Ese momento podría haber evitado un accidente.
El ESP es uno de esos sistemas de seguridad que trabajan en silencio, sin que el conductor lo note casi nunca, pero cuya eficacia está fuera de toda duda. Su función es sencilla: ayuda a mantener el control del coche cuando este empieza a deslizar o a irse de la trayectoria marcada con el volante. Es decir, evita que el coche derrape en condiciones complicadas como curvas cerradas, lluvia, hielo o maniobras de emergencia. Y puede marcar la diferencia entre un buen susto y un accidente muy serio.
Cuando actúa el ESP se ve un testigo de un coche derrapando sobre la carretra / Edgar Vivó
El sistema fue desarrollado en los años 90 por Bosch y Mercedes-Benz, y se estrenó en 1995 en el Clase S. Hoy, todos los coches nuevos vendidos en la Unión Europea desde noviembre de 2014 lo incorporan de serie. Antes de eso, ya lo ofrecían muchos modelos como parte de paquetes de seguridad. Lo que empezó como una tecnología exclusiva de coches de gama alta se ha convertido en un elemento de seguridad básico. Estudios europeos estiman que el ESP puede reducir los accidentes graves en un 50% y salvar miles de vidas cada año.
Cómo funciona el ESP
Aunque suene muy técnico, el funcionamiento básico se puede resumir así: el coche compara constantemente hacia dónde debería ir según el volante y hacia dónde está yendo realmente. Si detecta una diferencia importante, actúa para corregirla.
Para lograrlo, utiliza varios sensores:
- Sensor de giro del volante, que dice hacia dónde quiere girar el conductor.
- Sensores en las ruedas, que detectan si alguna va más rápida o lenta de lo normal.
- Sensores de movimiento, que indican si el coche está derrapando o girando más de la cuenta.
Con esa información, una pequeña centralita decide qué hacer. Y entonces, sin que tú tengas que intervenir, el coche puede:
- Frenar una rueda concreta.
- Reducir la potencia del motor.
- Ayudarte a recuperar la trayectoria.
Y todo esto lo hace en fracciones de segundo, varias veces por segundo. En muchos casos, tú ni lo notas. Solo verás que se enciende brevemente un testigo con un coche derrapando en el cuadro de instrumentos. Si parpadea, está actuando. Si se queda fijo, probablemente haya una avería.

El ESP actúa en milésimas de segundo / Edgar Vivó
¿Cómo lo notas al volante?
La mayoría de las veces, el ESP trabaja sin que lo percibas. Pero si haces una maniobra brusca, tomas una curva rápido con suelo mojado o se te va el coche ligeramente, puede que sientas:
- Una ligera frenada en alguna rueda.
- Una pérdida momentánea de aceleración.
- Una corrección suave de la dirección.
En cualquier caso, la sensación más común es que el coche «vuelve a la línea» como por arte de magia.
Ejemplos reales en los que el ESP puede ayudarte
En una curva rápida con lluvia, si el coche empieza a sobrevirar (es decir, la parte trasera se quiere ir), el ESP puede frenar la rueda trasera exterior para mantener el control.
Si tienes que hacer una maniobra evasiva (por ejemplo, esquivar algo en la carretera), ayuda a evitar que el coche se descontrole.
En una curva con poco agarre donde el coche tiende a seguir recto (subviraje), el ESP actúa sobre las ruedas delanteras para recuperar tracción.
Incluso en casos de aquaplaning parcial, ayuda a estabilizar el coche si algunas ruedas pierden agarre.
¿Puede estropearse? ¿Cuánto cuesta arreglarlo?
Como cualquier componente del coche, el ESP puede fallar. Las averías más comunes suelen estar relacionadas con sensores sucios o dañados, errores en la centralita, o problemas eléctricos.

Reparación del ESP / Edgar Vivó
Lo bueno es que no es una avería frecuente si se mantiene el coche correctamente (neumáticos en buen estado, frenos revisados, sensores limpios). Pero si falla, el precio puede variar:
- Diagnóstico: desde unos 40 euros.
- Reparación de sensores o módulo: entre 90 y 400 euros, según modelo y complejidad.
- Sustitución completa del sistema: más cara, y depende mucho del vehículo.