Y al fin llegó la hora de la verdad, la de varios duelos esperados en esta 77ª edición de los premios Emmy de la televisión estadounidense: ¿tenía posibilidades realmente ‘The Pitt’ desbancar a ‘Separación’ como mejor serie dramática? ¿E iba ‘Hacks’ a volver a desbancar a la presunta comedia favorita, en esta ocasión ‘The Studio’? Lo primero acabó sucediendo: su revitalización realista del género hospitalario ha impactado en crítica y público. Pero ‘The Studio’ acabó arrasando y es, a día de hoy, la comedia con más Emmy obtenidos en un mismo año: un total de 13. Resumimos la noche en diez momentos clave.
1. El anfitrión
La ceremonia tuvo como presentador, por primera vez, a Nate Bargatze, referente amable de la ‘stand-up comedy’ que ha ganado verdadera popularidad en Estados Unidos tras ser anfitrión de ‘Saturday night live’ en 2023 (volvió a serlo en 2024). «Estoy entusiasmado por trabajar con CBS para crear una noche que puedan disfrutar familias alrededor del mundo», dijo cuando se anunció su fichaje. Propuso, así, una noche sin fricciones, pero con golpes de ingenio, empezando por ese primer ‘sketch’ (con colegas de ‘SNL’) sobre Philo T. Farnsworth, pionero en el desarrollo de la transmisión televisiva hace casi un siglo. Esas predicciones sobre el futuro del medio levantaron risas ruidosas. La mejor de todas, el resumen final: «Crearemos un mundo donde los mejores artistas crean historias de belleza desbordante que millones de personas verán en sus móviles mientras están sentados en el váter. Eso es la televisión».
2. Seth Rogen en bucle
Nada más empezar la noche, el cocreador, productor, director ocasional y protagonista de ‘The Studio’ recogía el premio a mejor actor de comedia. Y como se veía venir, no fue su última vez sobre el escenario: también subió con su socio Evan Goldberg a recoger el premio de dirección y con este último y otros colegas a buscar el de mejor guion y, por supuesto, mejor comedia. «¡Gracias, ejecutivos!», acabó gritando Rogen: ellos han sido la principal inspiración para esta hilarante sátira de Hollywood.
3. Cuatro de cuatro
Como era bastante de esperar, la gran Jean Smart ganó un nuevo Emmy por interpretar a la monologuista y estrella televisiva Deborah Vance en ‘Hacks’. Tiene uno por cada temporada de la serie, es decir, cuatro hasta la fecha, a los que se suman dos por la deseada Lana Gardner de ‘Frasier’ y uno por la narcisista Regina Newly de ‘Samantha, ¿qué?’. Solo faltaba que su compañera Hannah Einbinder, más coprotagonista que secundaria, se llevara el primero. Y lo consiguió, lo consiguió, casi para su pesar. «Estaba ya muy metida en el papel de perdedora, perder molaba. ¡Pero esto mola también! Esto también es punk rock», declaró. Pero para punk, el final de su discurso, en el que celebró a los Philadelphia Eagles, levantó verbalmente el dedo del medio a ICE y clamó por una Palestina libre.
4. Madres e hijas (ficcionales)
Miércoles (Jenna Ortega) y Morticia Addams (Catherine Zeta-Jones) presentaron el Emmy a mejor actriz secundaria de drama, que fue merecidamente para Katherine LaNasa de ‘The Pitt’. Pero la reunión maternofilial esperada era la de Lauren Graham y Alexis Bledel, carismático dúo de ‘Las chicas Gilmore’, de cuyo estreno están a punto de cumplirse 25 años. En su introducción al Emmy a mejor guion de comedia bromearon sobre el escaso presupuesto de la querida serie. «Si había un cumpleaños al lado en ‘El show de Drew Carey’, nos daban el bizcocho que sobraba». Pero como compensación, tenían «grandes guiones», «guiones terroríficamente largos», esto último siempre por culpa de Lorelai, por supuesto.
5. Un discurso emotivo
Ya lo confirmaba el gritómetro mientras se iban anunciando a los nominados a mejor actor secundario: Tramell Tillman era el favorito por su papel del ambiguo Sr. Milchick en ‘Separación’. Y una vez se colocó delante del micro, sorprendió revelando que en nada se parece a su personaje. 45 segundos (el tiempo establecido por norma) de pura transparencia emocional: «Mi primera ‘coach’ interpretativa fue dura, como todas las grandes madres. Mamá, estuviste ahí cuando nadie lo estaba y nadie más aparecía. Tu amor y amabilidad están dentro de mí. Y esto es para ti».
6. Las sorpresas
Todo parecía indicar que Ike Barinholtz, futuro Elon Musk cinematográfico, ganaría el Emmy a mejor secundario de comedia por el irrefrenable ejecutivo Sal Salperstein de ‘The Studio’, pero finalmente fue recompensada una interpretación algo más contenida: la de Jeff Hiller como el mejor amigo gay de la protagonista (Bridget Everett) de la no demasiado vista ‘Somebody somewhere’. «Gracias a HBO por poner una serie de gente de mediana edad sudorosa en la misma cadena que los adolescentes sexis de ‘Euphoria'», dijo en un discurso memorable. Pero una sorpresa aún mayor fue el Emmy a mejor dirección de serie dramática para Adam Randall (y no Ben Stiller ni Mike White) por un episodio de la (siempre excelente) ‘Slow horses’. O el de mejor guion de serie dramática para Dan Gilroy por un capítulo de ‘Andor’, la compleja propuesta de ‘Star wars’ que su creador, Tony Gilroy, hermano mayor de Dan, nos definió como «un guion de 1.500 páginas sobre la revolución».
7. El actor más joven con un Emmy
Como recordó Elizabeth Banks en la introducción, cinco de los seis nominados a director de serie limitada eran mujeres. Ganó el único hombre, Philip Barantini, pero es que ‘Adolescencia’ es mucha serie y ya se sabía que esta iba a ser su Gran Noche. Curiosamente, tanto la mejor dirección de comedia como la de serie limitada se basaban en la técnica del plano secuencia (o toma sin cortes durante un tiempo prolongado), cien por cien real tan solo en el caso de ‘Adolescencia’, todo sea dicho. Stephen Graham recogió el Emmy a mejor actor y compartió los de mejor guion y mejor serie limitada con Jack Thorne. También la actriz Erin Doherty tuvo premio por su tour de force del tercer episodio. Pero el titular más sonado ligado a ‘Adolescencia’ es, claro, la victoria de Owen Cooper (el acusado de asesinato Jamie Miller), actor más joven (15 años) en recibir un Emmy interpretativo.
8. Y al fin ganó Cristin Milioti
Era un momento esperado por quienes consideramos a Cristin Milioti una de las mejores actrices de su generación, brillante siempre en comedia (‘Rockefeller Plaza’, ‘Cómo conocí a vuestra madre’), pero capaz también, nos lo ha demostrado, de helar la sangre en un papel dramático: el de la villana Sofia Falcone de ‘El Pingüino’. Puede que ella no sea la verdadera (anti)heroína de dicha serie, pero el capítulo dedicado a su personaje está considerado de forma unánime como el más memorable. También para recordar fue su discurso, tembloroso y emocionado, escrito «detrás de unas notas que tomé en terapia el otro día, así que no miréis lo de atrás».
9. Una pareja inspiradora
Ted Danson y Mary Steenburgen son la primera pareja en recibir conjuntamente el Bob Hope Humanitarian Award, dedicado a personas de la industria conocidas por su filantropía y activismo. Danson cofundó en 1987 American Oceans Campaign, una ONG dedicada a la protección de las aguas costeras y océanos de Estados Unidos. Steenburgen es una encarnizada defensora de la importancia de las artes creativas en las escuelas públicas. Ambos son, además, firmes aliados de la comunidad LGBTIQ+. «Este premio se llama así por un hombre cuyo apellido era Esperanza, y eso es lo que Bob Hope dio a la gente durante cincuenta años, mientras viajaba por el mundo entreteniendo a nuestras tropas», recordó Danson. «Que nos den este premio a Mary y a mí significa muchísimo».
10. Colbert ‘forever’
En una prueba de justicia cósmica (y de apoyo incluso de sus rivales), Stephen Colbert recogió el premio a mejor programa de variedades de entrevista o ‘talk show’. Eso dos meses después de que dicho programa, ‘The late show with Stephen Colbert’, fuera cancelado el pasado julio, en lo que CBS ha presentado como una decisión puramente financiera. Colbert se marcó un discurso poco irónico sobre, entre otros temas, amor y pérdida: «Nunca he querido más desesperadamente a mi país. Dios bendiga a Estados Unidos. Sed fuertes. Sed valientes. Y si el ascensor intenta llevarte abajo, vuélvete loco y aprieta a un piso superior».
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