El Right Whale regresó ayer al caladero mauritano. Salió del puerto de Nuadibú, donde estaba fondeado, sobre las 20.30 horas (hora local) del sábado. Y por la ruta que se puede seguir a través de las páginas de posición satelital, el buque factoría de 105 metros de eslora volvió al caladero para continuar con las labores de pesca. Es el barco lituano que opera con pabellón de Gambia que en la tarde noche del viernes se llevó por delante al Tafra 3, el pesquero con parte de capital vigués a través de la firma Baipesca que naufragó con un boquete en su costado de estribor después de que la tripulación tuvieses que saltar a las balsas salvavidas. Se salvaron 21 de sus 26 tripulantes; cinco marineros mauritanos siguen desaparecidos. Ante la gravedad de la situación, las autoridades del país magrebí arrestaron al capitán y al primer oficial del Right Whale en el marco de la investigación de un abordaje que «nadie se explica».
Como adelantó FARO en su edición digital, los dos oficiales quedaron detenidos nada más llegar a puerto en su propio buque. Pasadas las horas, y con otros responsables en el puente de mando, el Right Whale se unió a los otros cinco grandes buques pelágicos que opera su armadora Ocean Whale Company, con base en Malta.
Estos arrestos son un paso decisivo en la investigación del abordaje, que se produjo a las 18.40 horas de Mauritania (20.40 horas en España, cuando saltó el mayday) del pasado viernes frente al cabo Blanco, un masificado caladero en el que los barcos españoles o de capital español intentan faenar entre las grandes flotas desplegadas por China, Turquía o Rusia, entre otros, y donde es común ver barcos con banderas de conveniencia, como es el caso de Belice.
De acuerdo a los trasladado por parte de los guardacostas locales (Garde-Côtes Mauritaniennes) a los medios de su país (la información ofrecida a Salvamento Marítimo sigue siendo mínima), la colisión tuvo lugar a 23 millas al suroeste de Nuadibú y el resultado es el ya conocido, con los cinco desaparecidos de nacionalidad mauritana y los 21 rescatados (siete de ellos heridos), entre los que estaban los únicos tres españoles: un onubense, jefe de máquinas, y los gallegos Javier Gestido Piñeiro, de Marín y patrón, y José Manuel Diz García, de Bueu y patrón de costa.
Los tripulantes gallegos permanecían ayer en el hotel de Nuadibú. Según las fuentes consultadas, se encuentran en buen estado y están en contacto con las autoridades que investigan el caso, manteniéndose localizables.
Choque
Este periódico pudo saber que el Right Whale iba con una velocidad de navegación que suele situarse de 10 a 14 nudos cuando colisionó contra el Tafra 3 (de 35 metros de eslora), que en ese momento estaba en plena virada (recogida del aparejo), maniobra que suele abordarse a una velocidad de 2 a 5 nudos. Esto da una idea del brutal impacto que sufrió el pequeño pesquero.
De hecho, en el momento del impacto las condiciones meteorológicas eran buenas y con una buena visibilidad al ser de día, como muestran las imágenes del arrastrero tras el choque. Ahora la investigación examinará factores como errores de navegación, fallos técnicos o incumplimiento de los protocolos de seguridad marítima.
Sobre la búsqueda de los desaparecidos, los guardacostas decidieron suspender el dispositivo activado tras el siniestro. La principal hipótesis que se manejaba ya desde el primer momento es que se pudiesen haber quedado dentro de la embarcación. El pecio reposa en el fondo del mar a una profundidad de aproximadamente 29 brazas, unos 53 metros, lo que haría viable la entrada de buzos para inspeccionar el interior del pecio.
Los barcos de Rimbal y Tafra continuaban ayer por el caladero atentos a cualquier avistamiento, si bien se trata de una zona de fuertes corrientes. Mientras, la flota de la armadora lituana (Fin Whale, Pilot Whale, Grey Whale, Atlantic Whale, Sei Whale y el propio Right Whale) se encontraba realizando rutas largas, tanto hacia al norte, lejos del lugar del abordaje.
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