entorno laboral y masculinidad tóxica

Tras los años de éxito de ‘The Bear’, el mundo del trabajo sigue protagonizando la gala de los Emmy en una edición que encumbró la reflexión sobre la masculinidad tóxica con el éxito de ‘Adolescencia’. En un momento de gran tensión política en Estados Unidos, esta brilló por su ausencia.

El mundo del trabajo se ha consolidado como el gran escenario de la ficción televisiva de calidad en EEUU. Si ‘The Bear’ convirtió la cocina de un restaurante en una reflexión sobre la posibilidad de perfeccionamiento profesional en un mundo de seres imperfectos, dos retratos del mundo laboral han sido encumbrados por los Emmy.

‘The Studio’, mejor serie de comedia, lleva a la sátira el engranaje de los estudios de Hollywood, mientras que ‘The Pitt’, mejor serie dramática, no se centra tanto en el caso clínico espectacular como en la experiencia colectiva de un turno interminable en urgencias, donde la cámara sigue a médicos, enfermeras y pacientes casi en tiempo real, subrayando la sensación de agotamiento físico y moral de unos profesionales al límite.

‘The Studio’ arrasó en la categoría de comedia con un total de 13 Emmy, estableciendo un nuevo récord para una serie de su género. Fue la noche de gloria de Seth Rogen, que no sólo recogió el premio a Mejor Actor Protagonista, sino que también subió al escenario como creador y productor de la serie, consolidando una trayectoria extraordinaria que hasta la fecha tenía en el cine sus mejores hitos con películas como ‘Superbad’ o ‘This Is the End’.

Después de ‘The Bear’, ‘The Studio’, ‘The Pitt’ o ‘Separación’, una cosa queda clara: en las oficinas de EEUU, pase lo que pase, los personajes están ‘fucked’ y son muy mal hablados. Porque tanto en el hospital de Pittsburgh como en los despachos de Los Ángeles los protagonistas andan jodidos, pero que muy jodidos, aunque en realidades muy distintas.

Seth Rogen posa con los premios de Mejor Actor y Mejor Guion de comedia.


Seth Rogen posa con los premios de Mejor Actor y Mejor Guion de comedia.

Reuters

‘The Studio’ es una sátira amable del mundo de Hollywood y su obsesión por repetir éxitos, rodar franquicias absurdas (en este caso, una película sobre Kool-Aid, el logo de una marca de bebidas) en una industria que ha perdido su alma. Una y otra vez, el protagonista —el propio Rogen en la piel del flamante director de un gran estudio— se topa con una guía turística que define el edificio en el que trabaja como “templo del cine”, mientras él sufre por limitarse a obedecer a su jefe millonario. En la serie también vemos que ser Martin Scorsese no te libra de que te tomen el pelo.

Si ‘The Studio’ plantea la lucha imposible por dar a Hollywood cierta dignidad de un tipo con buenas intenciones pero más cínico y cobarde de lo que aparenta, en ‘The Pitt’ nos vamos a un mundo mucho más realista. Noah Wyle ganó el Emmy a Mejor Actor Dramático por su interpretación de un veterano médico de urgencias que, entre el caos constante y la falta de recursos, encarna el desgaste físico y moral de quienes sostienen un sistema sanitario al borde del colapso.

En tiempos turbulentos en EEUU tras el asesinato de Charlie Kirk, el presentador Nate Bargatze prefirió hacer chistes a costa de las plataformas y las franquicias de Hollywood (al estilo ‘The Studio’) que de su cada vez más autoritario presidente.

¿Hay miedo en Hollywood? Bargatze empezó con un ‘sketch’ sobre un supuesto inventor de la televisión que hace 100 años imagina un futuro en el que habrá canales para todo, en las series documentales matarán “a las mujeres de todo el mundo” y en el que en el canal de “aprender” se aprenderá poco. Una parodia sobre la ligereza de la televisión que también recordó al final su poder para transformar vidas.

Aunque partía como favorita, ‘Separación’ tuvo que conformarse con el Emmy a Mejor Actriz Dramática para Britt Lower. Dirigida por Ben Stiller, la serie plantea una intrigante metáfora sobre la despersonalización a la que empuja el mundo corporativo. Quizá demasiado extraña y enrevesada para imponerse en la categoría reina, se mantiene, no obstante, como una de las propuestas más estimulantes de la televisión reciente.

Y este año, a la hora de premiar una serie “rara”, los británicos se han llevado la palma tras el triunfo d’Mi reno favorito’ la temporada pasada.

Britt Lower posa con el premio a Mejor Actriz Dramática por 'Separación'.


Britt Lower posa con el premio a Mejor Actriz Dramática por ‘Separación’.

Reuters

En una gala marcada por el dominio de ‘The Studio’ en comedia y ‘The Pitt’ en drama, la miniserie británica ‘Adolescencia’ se alzó como la gran revelación de la noche. No sólo conquistó el premio a Mejor Miniserie, sino que también sumó los de Mejor Actor Protagonista para Stephen Graham, Mejor Dirección para Philip Barantini y Mejor Guion para Jack Thorne y el propio Graham. El éxito se extendió a las categorías de reparto, con el reconocimiento a Erin Doherty y a Owen Cooper, que con apenas 15 años se convirtió en el ganador más joven de la historia en su categoría.

‘Adolescencia’ ya se había convertido en un fenómeno desde su estreno en Netflix, al abordar con crudeza el mundo digital de los jóvenes y el viejo ‘bullying’ trasladado a un contexto en el que la vergüenza y la humillación se vuelven públicas.

La serie acierta al mirar con compasión a su asesino adolescente, sin justificarlo, en el marco de una sociedad que tampoco presta atención real a los más jóvenes. El resultado es un drama conmovedor que refleja el resentimiento de ciertos hombres por la pérdida de poder y de referentes, y que convierte la violencia en el síntoma más devastador de un malestar generacional.

‘Hacks’ volvió a demostrar su fortaleza en su cuarta entrega con dos galardones clave. Jean Smart repitió como Mejor Actriz de Comedia, confirmando la imbatibilidad de su personaje, y Hannah Einbinder se alzó con el premio a Mejor Actriz de Reparto, consolidando a las dos protagonistas como uno de los dúos más sólidos y celebrados de la televisión reciente. En la serie interpretan a una actriz de comedia revitalizada por los guiones de la segunda.

El actor Javier Bardem posa con un pañuelo palestino en la 77 gala de los Premios Emmy.


El actor Javier Bardem posa con un pañuelo palestino en la 77 gala de los Premios Emmy.

Reuters

La política apenas asomó durante la ceremonia, y siempre con guante de seda. El momento más contundente lo protagonizó Cris Abrego, presidente de la Academia de Televisión, al recordar en su discurso el inminente cierre de la Corporation for Public Broadcasting, justo cuando acababa de recibir el Governors Award.

Abrego defendió la necesidad de una televisión empática, capaz de dar voz a las minorías y de mantener viva la pluralidad cultural en un país cada vez más dividido. Fue uno de los pocos instantes en que la gala miró más allá del brillo de Hollywood para subrayar el papel esencial de la televisión como servicio público.

También hubo espacio para otros títulos con galardones de peso. ‘Slow Horses’ conquistó el Emmy a Mejor Dirección Dramática para Adam Randall, mientras que ‘Andor’ se llevó el de Mejor Guion Dramático por el episodio ‘Welcome to the Rebellion’. En comedia, ‘Somebody Somewhere’ logró su primer Emmy gracias a Jeff Hiller como actor de reparto, y en animación ‘Bluey’ volvió a imponerse como favorita indiscutible. Premios más dispersos que completaron un palmarés diverso y muy repartido.

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