Se dice que la vida se compone de pequeñas y grandes casualidades. Andaba María Navarro un día cualquiera de primeros de agosto, en el despacho de restauración de edificios, donde trabaja mientras remata el TFG de Arquitectura, cuando recibió una llamada desde la Junta Central Fallera donde, tras confirmar una y dos veces su identidad, le comunicaron que el partido continuaba. «La verdad es que me fui de la preselección sin saber que yo era la suplente». Y tras la renuncia de una de las preseleccionadas, se encuentra ahora con «un regalo, una segunda oportunidad. No en las circunstancias que hubiese querido, por ser por una renuncia de una compañera a la que aprecio, pero que voy a disfrutar hasta donde se pueda con toda la ilusión del mundo». La vida fue un torbellino desde entonces. «Bueno, ese día ya no pude ni trabajar de la de llamadas que recibí y de la sensación de, de repente, y cuando ya no te lo imaginabas, pienses que eres preseleccionada».
Muy poco antes de las pruebas participó en la «novatada» a las nuevas falleras mayores de Burjassot / Falla Náquera

Un clásico de verano: llevar a hombros a San Roque / Falla Náquera
Vale que no pudo participar en la «punxà», pero la vida no se acaba ahí. Incluso participó en la Batalla de Flores «porque nos tocaba a las falleras mayores del sector».
Representa a la comisión de Náquera-Lauri Volpi. «Cuando se creó la falla hace cincuenta años mis abuelos se apuntaron desde el primer minuto. Después mis tíos y mi madre, que son cinco, mi madre fue fallera mayor infantil, y a mi me apuntaron con tres años. Yo misma fui fallera mayor infantil en 2008. Hace ya años que quería repetir y lo he hecho ahora, que podía correr yo ahora con los gastos y las exigencias».
Toda preseleccionada, como ciudadana que es tiene alguna particularidad. «De verdad que me da envidia la gente que es capaz de leerse una novela de tirón o una trilogía… pero a mi lo que me gusta es leer poesías. De todo tipo».
Una curiosidad con los tatuajes. Un par de ellos son en los dedos por una razón: «Tengo dermatitis atópica, con lo que los anillos me dan reacción y no puedo llevar. También llevo una amapola por mi abuelo, el de Albacete, porque me llevaba de niña a ver los campos de amapola y en el tobillo es con la letra de mi abuela «iaia, sempre amb tu».
Lo de Albacete está relacionado con el TFG «Estoy restituyendo el castillo de Peñas de San Pedro». El pueblo paterno. «Suelo ir más al pueblo del abuelo materno, Losa del Obispo, pero a Peñas también voy». Ahora afrontará también el TFG más inesperado, pero no menos ilusionante.