Junts está harto de esperar y quiere que haya un punto de inflexión en su relación con el PSOE. Así lo explicitó la dirección de la formación posconvergente en la reunión que mantuvo con los negociadores socialistas en Suiza la última semana de agosto. Según explican varias fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, el partido liderado por Carles Puigdemont exigió resultados este otoño y amenazó con dejar de apoyar las propuestas que el Gobierno someta a votación en el Congreso.
La formación independentista no quiere hablar de «boicot» parlamentario, pero en la práctica su amenaza supondría votar ‘no’ a todo, exceptuando aquellas cuestiones que «beneficien a Catalunya». «Vamos a cambiar de estrategia. No votaremos nada. Y solo si nos ofrecen algún avance, entonces cambiaremos y votaremos ‘sí'», resume un dirigente de Junts consultado por este diario.
El partido reclama al PSOE que asegure el regreso definitivo de Puigdemont a Cataluña sin ser detenido, que sigue esperando que se le aplique de forma efectiva la ley de amnistía más de un año después de la aprobación de la norma en el Congreso. Su situación judicial está actualmente en manos del Tribunal Constitucional. En junio sus magistrados ya avalaron la constitucionalidad de la norma, pero queda pendiente que resuelvan los recursos de amparo y que concluyan que la malversación queda incluida dentro de los delitos exonerados.
La defensa de Puigdemont ha presentado esta semana una petición para recusar a tres de los doce magistrados que deben tomar la decisión, lo que ha retrasado toda la tramitación. No obstante, fuentes del partido quitan hierro a este hecho, que se habría hecho pensando en si la cuestión llega a Estrasburgo, y creen que no debe afectar a la previsión inicial de tener una resolución antes de fin de año.
Archivo – El expresidente de la Generalitat de Catalunya Carles Puigdemont durante la sesión plenaria en el Parlamento Europeo en la que la Eurocámara suspendió su inmunidad. / Benoit Doppagne – Europa Press – Archivo
Pero, al margen de la situación de Puigdemont, hay dos acuerdos más, imprescindibles para Junts, que siguen en cartera: la oficialidad del catalán en la Unión Europa y la ley para el traspaso de las competencias en inmigración a Catalunya. La primera necesita la unanimidad de 27 Estados y el PP ha hecho campaña a través de sus socios populares para bloquearlo, mientras que la segunda no cuenta con el apoyo de Podemos para poder tener la luz verde en el Congreso.
Sin embargo, aunque las dos cuestiones trascienden las competencias de Sánchez, fuentes de la dirección de Junts creen que el presidente del Gobierno podría hacer más para convencer tanto a los países que muestran recelos con el catalán -por ejemplo, Alemania– como a la formación liderada por Ione Belarra.
Y aún hay otras cuestiones pendientes en la Cámara baja que a Junts le interesa acelerar, como la ley contra la multirreincidencia.
El PSOE intenta rebajar la tensión
Visto el enfado de Junts, en el PSOE intentan calmar las aguas y aseguran que «pronto» nombrarán un nuevo interlocutor para la mesa de negociación en Ginebra, una responsabilidad que asumía el ex secretario de Organización Santos Cerdán, ahora en prisión por su presunta implicación en la ‘trama Koldo’, y en la que también se ha implicado el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Estas mismas fuentes evitan dar nombres, pero apuntan a algún miembro de la ejecutiva federal del partido y más concretamente, al «entorno» del equipo de la secretaría de Organización, que dirige Rebeca Torró.
Desde el Gobierno insisten en la mano tendida con Junts tras el varapalo a la ley para la reducción de la jornada laboral y tratan de marcar distancias con el agresivo discurso de Yolanda Díaz con los posconvergentes para «no romper puentes». Más allá de las diferencias programáticas, uno de los colaboradores del presidente del Gobierno asumía tras la votación en la que Junts sumó sus votos a PP y Vox que la principal réplica de Junts es que «la amnistía no llega». «Veo a Puigdemont muy desesperado con la amnistía«, reconocía este mismo miembro del Gobierno, informa Ivan Gil.

El president Salvador Illa allarga la mà al líder de Junts, Carles Puigdemont, dimarts passat a Brussel·les. | JASPER JACOBS / EUROPA PRESS / .
En el Ejecutivo defienden que se trata de una carpeta que escapa de sus manos, pero recuerdan que existe un compromiso de que Sánchez se reúna con el líder de Junts. Aunque aún está por concretar la fecha y el lugar de la cita, la fotografía de los dos políticos parece más cerca después de que el president de la Generalitat y primer secretario del PSC, Salvador Illa, diera el primer paso y se entrevistara con el jefe de Junts en la delegación del Govern en Bruselas. Illa pidió verse con Puigdemont al regresar de sus vacaciones con Sánchez en Lanzarote, algo que para los posconvergentes no es casual.
Pero la paciencia de los de Puigdemont se acaba. El partido, que acusa al PSOE de utilizar una estrategia de dilatación de los asuntos para «ganar tiempo», quiere una «reacción» pronto. De no ser así, advierten de que darán la relación por terminada.
Junts mantiene que no se sumará a una moción de censura con PP y Vox, pero puede imposibilitar la continuidad del Gobierno si deja de negociar y rechaza por sistema todas sus iniciativas parlamentarias. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) serán la mayor prueba de fuego, aunque Sánchez puede seguir al frente del Gobierno incluso si no logra aprobar los Presupuestos y sufre reveses parlamentarios de forma recurrente, ya que la convocatoria de elecciones anticipadas está solo en sus manos.
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