Hay que buscar alicientes a la vida

La soledad no deseada se ha convertido en un problema creciente que afecta a personas de todas las edades, con importantes consecuencias para la salud física, emocional y social. Cada vez más estudios advierten que este fenómeno no solo limita el bienestar individual, sino que también plantea un reto para las comunidades y los sistemas de salud.

Angelines lo vivió en primera persona cuando se jubiló. Se encontró sin hijos, sin marido y con una casa que se le hacía demasiado grande.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que la soledad hay que combatirla. «Hay que buscar alicientes porque la vida sigue y hay que vivirla», señala.

Con 64 años, Angelines comenzó a estudiar una carrera universitaria y hoy asegura que es una mujer feliz, completa y que se siente bien consigo misma. ¡No te pierdas su historia en el vídeo de arriba!

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