El próximo 3 de octubre, Jordi González cumple 40 años de su debut televisivo. La efeméride le pillará justo de estreno, ya que a partir del 27 de septiembre tomará el relevo de Ricard Ustrell como director y presentador de ‘Col·lapse’ las noches de los sábados en TV3. Esta nueva etapa en la cadena catalana, donde presentó programas como ‘Això no és tot’ y ‘Les mil i una’, llega después de una grave enfermedad (una neumonía bilateral agravada por una crisis renal) que a principios de año le mantuvo casi dos meses en la UCI y tres semanas en coma inducido.
Lo primero, ¿cómo se encuentra?
Eufórico. Comencé el año muy mal, con una enfermedad que casi acaba conmigo, pero por suerte la pude superar y me he recuperado al cien por cien. Cuando estaba en la fase final de recuperación, me llamaron de La Manchester, la productora de ‘Col·lapse’, y me preguntaron si me haría gracia hacerme cargo del programa. Por supuesto, dije que sí. Después de esta enfermedad me había planteado incluso dejar de trabajar. Es tan fácil morirse que pensé que tenía que aprovechar todo lo que había trabajado para ir a los países que no había visitado y hacer todo lo que no había hecho. Pero claro, hacer un programa semanal en TV3…
Era un caramelo.
Sí, porque además me confiaban la dirección del programa, que para mí es muy importante. En los últimos 25 años he estado dirigido por profesionales excelentes, otros no tanto, y nada dependía de mí. Volver a ser el responsable de lo que sale en pantalla me hace ilusión.
Jordi González, en Col.lapse / 3Cat
¿Qué ha descubierto de usted mismo que no conocía por culpa de esa enfermedad tan grave que sufrió?
Te das cuenta de repente de que cambian las prioridades, que tienes que decir que no cuando es que no, que no tienes que hacer lo que no te apetece. Ha sido una gran lección para mí. Ya no necesito quedar bien con nadie o disimular. Si hago algo es porque me sale del corazón. Si no me gusta lo declino con toda la educación.
En la presentación de la temporada de TV3 dijo que con ‘Col·lapse’ vuelve a hacer televisión de calidad. ¿Siente que no la ha hecho los últimos años?
Los últimos años he hecho televisión de calidad. Llevarte a 9.000 kilómetros de casa, a una isla en un cayo de Honduras, a convivir a 16 personas y que no se maten tiene mucho mérito. Hacer un programa así es muy sofisticado técnicamente y eso significa calidad. Si no tienes buenos profesionales eso no sale adelante. Pero también es calidad una entrevista pausada y reflexiva, escuchar lo que te dice el invitado, ser honesto en las preguntas y reaccionar a partir de las respuestas. Todo esto lo digo porque en esos programas de gran presupuesto que se hacen en las cadenas estatales todo está muy escaletado, muy milimetrado, y tiene mucho mérito.
No hay espacio para improvisar.
Eso resta espontaneidad. No veracidad, porque todos los ‘realities’ que he hecho han sido cien por cien reales, no había trampa, pero el pesentador está muy condicionado por: de aquí a tres minutos nos vamos a publicidad. En ‘Col·lapse’, al ser responsable de los contenidos, me siento más cómodo.
¿El programa seguirá la misma línea respecto a cuando lo hacía Ricard Ustrell?
Ustrell hacía un programa reposado y yo creo que ahora nos saldrá más picado. Las cosas importantes se dicen siempre en los primeros cinco minutos de una entrevista o un debate, y después se tiene que ir más a la esencia. ‘Col·lapse’ es líder de audiencia, tiene el Ondas, así que está claro que es un buen programa, pero creo que al plato principal se le puede añadir una guarnición, más contenidos. Y eso también enlaza con una cosa muy importante, que es que la tele nos ha pedido 30 minutos más de programa. Eso nos permite probar con secciones y colaboradores y que, si funcionan, se queden.

Anne Igartiburu y Jordi González, en el programa de TVE ‘D corazón’ / RTVE
¿Que sea el programa líder de los sábados por la noche es una presión añadida?
Si empiezas un programa de cero, no sabes si a final de mes todavía lo estarás haciendo. En cambio, si comienzas uno que ya está consolidado, tienes la ventaja de que la gente lo conoce. Lo que tienes que procurar es que la gente que lo veía no se vaya. ¿Es mejor comenzar un programa de cero? Hubo épocas de mi vida que sí. Ahora, tal vez porque me lo tomo con más calma, me apetece la propuesta de hacer un formato que ya existe, y procurar cuidarlo, mimarlo, para que crezca.
¿Cuál es su gran reto en ‘Col·lapse’?
Mantener la audiencia que tiene y, si podemos ganar algún punto más, mejor.
Antes de que se hiciera oficial su fichaje por ‘Col·lapse’, cuando ya había rumores acerca de que lo presentaría usted, el diputado Agustí Colominas (Junts) pidió garantías en la Comisión de Control de la Actuación de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) en el Parlament para asegurar el “pluralismo político” en el programa tras la llegada de un presentador “de reconocido prestigio pero que no es próximo a las sensibilidades soberanistas”. ¿Qué tiene que decir a estas valoraciones sobre usted?
En una sede parlamentaria y en una democracia no se debe señalar a nadie por su manera de pensar. Además, es que yo nunca he hecho ninguna declaración en este sentido, la gente no sabe si soy soberanista o no.
El próximo 3 de octubre cumpre cuatro décadas en televisión. ¿Qué balance hace?
He llegado a hacer 40 años en la tele porque he tenido la gran suerte, que no mérito, de haber tenido más éxitos que fracasos. Ese es el balance de una carrera. Si tienes más exitos que fracasos, vas tirando. Pero que un programa tenga éxito depende de tantas cosas… Por ejemplo, de lo que pone la competencia a la misma hora.
¿Descarta en el futuro hacer algún concurso?
No. De hecho tengo una ilusión, que es hacer un gran concurso con Marta Torné. Ya tenemos el formato y todo, y se llamará ‘El Gran Continental’, que sirve tanto en catalán como en castellano. Fue una idea que tuvimos hace dos años y que, de momento, donde la hemos presentado, no nos han hecho caso.
Ahora que coincidirán en TV3 (ella presenta ‘Eufòria’) pueden venderla a 3Cat.
Yo encantado.
Suscríbete para seguir leyendo