Yolanda Díaz asumió durante meses todo el peso de la negociación con Junts sobre la reducción de la jornada laboral, también el coste político por la derrota parlamentaria y la explicación posterior, y ahora paga el precio de la tensión con los de Carles Puigdemont.
De hecho, Moncloa se esfuerza ahora en delimitar esa tensión para que quede sólo en el deterioro de la relación de sus socios de investidura con la vicepresidenta segunda, no con el resto del Gobierno
Control de daños, blindando el resto de puntos de contacto, con vistas a negociaciones próximas.
Así, pocos minutos antes de arrancar en el Pleno del Congreso el miércoles por la tarde, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, se reunió con la portavoz de Junts, Míriam Nogueras.
Fue a pocos metros del hemiciclo, en la llamada «zona de Gobierno» del Congreso, y según Moncloa se trataba de hablar de «asuntos pendientes».
Es decir, que Moncloa pretende mantener engrasada la relación con Junts, como ya ha hecho en otras ocasiones en las que los independentistas han colaborado en derrotas parlamentarias del PSOE.
Lo extraordinario esta vez es que Yolanda Díaz hizo un discurso muy duro contra Junts, más de lo que se esperaba en Moncloa. Y desde la tribuna del Congreso desveló la oferta que les hizo para ayudar a las pequeñas y medianas empresas, lo que tampoco es usual.
Incluso, este jueves la vicepresidenta habló de «chantaje» de Junts en la negociación. En el programa de Carlos Alsina en Onda Cero explicó que ella frenó las pretensiones de Puigdemont, que iban más allá de la reducción de jornada.
Ya el miércoles por la tarde, los independentistas expresaron con vehemencia su enfado con la vicepresidenta por sus palabras sobre las «tres derechas, es decir, PP, Vox y Junts.
Minutos después de escenificar ese enfado en los pasillos del Congreso, Nogueras se reunió con Bolaños.
No se recuerda ningún otro ministro que en esta legislatura haya asegurado que frenó en algo a Junts, y mucho menos que haya hablado de «chantaje». Aunque se hubiera producido, ninguno lo ha dicho expresamente.
Proyectos atascados
Fuentes del Gobierno aseguran que Junts planteó, como suele hacer, el cumplimiento de asuntos pendientes. Y explican que desde el principio sabían que Junts no cedería en este asunto porque tenía el «mandato» claro de los empresarios catalanes y parecían dispuestos a asumir el coste político de su voto.
Ahora, el Gobierno tiene que afrontar la negociación de Presupuestos con todos sus socios, empezando por Junts.
Ya ha hecho gestos para tender puentes. Fuentes de Moncloa explican que el objetivo es aislar esa negociación de otras, especialmente la fallida de la reducción de jornada.
Esa estrategia coincide con el hecho de que Díaz no tuvo apoyo en el debate de ningún ministro socialista. Sólo estuvo Bolaños, después de reunirse con Nogueras.
Fuentes de Junts recuerdan que tienen pendiente el cumplimiento de asuntos pactados hace años, como el de la delegación a Cataluña de la competencia de inmigración. Ese proyecto de ley reposa en algún cajón del Congreso porque Podemos mantiene su rechazo.
El Gobierno tiene por su parte pendientes proyectos de ley trascendentes, como la ley de reforma de la carrera judicial promovida por Bolaños. También está atascada en el Congreso.