El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha escalado sus críticas contra Pedro Sánchez al acusarle de lanzar «amenazas genocidas» tras afirmar que España no dispone de «armas nucleares» para «detener por sí sola» la ofensiva israelí en Gaza.
Fuentes del entorno del Ejecutivo de Jerusalén señalan que las nueve medidas anunciadas el pasado lunes por el presidente español han avivado las protestas antiisraelíes, que arrecian en las últimas etapas de La Vuelta a España.
Esta profundización en la crisis diplomática entre España e Israel se articula en torno a dos ejes: por un lado, la recriminación directa de Netanyahu que sitúa a Sánchez al borde de la ruptura de relaciones.
Y por otro, la firme «defensa del derecho a la protesta» de los manifestantes por parte varios miembros del Gobierno español. Su portavoz, Pilar Alegría, y varios ministros, entre ellos el de Exteriores, José Manuel Albares, respaldando la expulsión del equipo Israel Premier Tech y alentando las protestas en el recorrido ciclista.
Desde el entorno gubernamental de Jerusalén, las citadas fuentes critican el paquete de nueve medidas de Sánchez, anunciadas solemnemente el lunes.
Prime Minister’s Office:
Spanish PM Sanchez said yesterday that Spain can’t stop Israel’s battle against Hamas terrorists because ‘Spain does not have nuclear weapons.’ That’s a blatant genocidal threat on the world’s only Jewish State.
— Prime Minister of Israel (@IsraeliPM) September 11, 2025
Consideran cada una de ellas una agresión por sí misma, y califican su acumulación como un auténtico ataque que justifica la respuesta de Netanyahu.
Eso sí, insinúan de manera tangencial que es la debilidad parlamentaria y los escándalos internos lo que ha empujado al presidente a instrumentalizar esta crisis para fortalecer su base electoral.
El martes, una portavoz oficial del Ejecutivo israelí describió las nueve iniciativas de Sánchez como actos hostiles con matices de antisemitismo, subrayando que «todas juntas constituyen un ataque directo» que Israel no podía dejar sin contestar.
Ministros y protestas
En Madrid, el Ejecutivo de Sánchez ha mantenido una línea combinada de prudencia y firmeza institucional.
Por un lado, rechazando «los falsos y calumniosos comentarios vertidos desde la oficina del Primer Ministro de Israel hacia España». Y por otro, de firme respaldo al derecho a la manifestación.
La ministra portavoz y titular de Deportes, Pilar Alegría, defendió el miércoles que las protestas contra el equipo Israel Premier Tech se enmarcan «dentro de una lógica democrática» y reflejan «el sentir mayoritario de la ciudadanía» sobre el drama en Gaza.
Alegría precisó que la decisión de excluir al equipo no corresponde al Gobierno, pero equiparó la situación a las «sanciones a Rusia» cuando, en 2022, invadió Ucrania. «Desde entonces, ningún equipo o club ruso participa en ninguna competición internacional», recordó.
Ya el 4 de septiembre, recién iniciada La Vuelta, Albares fue el primero en pronunciarse, apoyando públicamente la expulsión de Israel Premier Tech de la competición.
El titular de Exteriores responsabilizó a la Unión Ciclista Internacional (UCI) de la decisión, al tiempo que reclamaba que «la relación entre Europa e Israel solo será posible si se respetan los derechos humanos«.
Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, calificó las protestas propalestinas durante La Vuelta como «legítimas y más necesarias que nunca», y advirtió que 1.500 agentes velarán para que ni ciclistas ni manifestantes sufran riesgos innecesarios.
También la ministra de Inclusión y Migraciones, Elma Saiz, insistió en que el ejercicio del derecho a protestar debe ser «absolutamente compatible» con el desarrollo deportivo, respaldando la «voz solidaria» hacia el pueblo palestino.
El riesgo en Madrid
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, se declaraba este jueves «instigadora y orgullosa» de las movilizaciones, al conocer que el juez Santiago Pedraz investiga posibles delitos de incitación al odio y a su partido como posible instigador.
Belarra, de hecho, convocó al boicot de la carrera en público, y su formación elaboró una guía marcando puntos estratégicos para visibilizar las protestas durante la última etapa, este domingo, entre Alalpardo y el circuito central de Madrid.
El portavoz de Podemos, Pablo Fernández, elogió la movilización ciudadana como un «ejemplo de dignidad» contra lo que denominó «genocidio» en Gaza, y urgió a «parar a Israel» exhibiendo banderas palestinas en la Castellana.
Mientras, sectores del deporte y de la oposición han criticado la politización del deporte y han reclamado que La Vuelta se mantenga al margen de conflictos externos.
En Valladolid, este miércoles, la Policía detuvo a dos activistas que intentaron colarse en el recorrido para interrumpir el paso de los ciclistas de Israel Premier Tech, lo que llevó a un breve desplazamiento de la caravana de la carrera y generó indignación entre organizadores y deportistas.
En Madrid, el riesgo de que la carrera no pueda siquiera terminar con la tradicional etapa final, ha llevado al mayor dispositivo policial para una prueba deportiva en España.
Se ha blindado el entorno de Cibeles y se han incrementado los efectivos de seguridad previstos para el final de la etapa con motivo de la final de la Champions. Se espera una proporción de 10 agentes por cada ciclista en competición.
A pesar de la polémica, ni el Gobierno ni la UCI han planteado suspender La Vuelta. La carrera prosigue con aún tres etapas por delante. Y los organizadores han garantizado que se ajustarán itinerarios y horarios para preservar la integridad de los ciclistas y del público.