Como son más bajitos, están más en contacto con los contaminantes más pesados producidos por el tráfico rodado, más pegados al suelo. Tienen mayor dificultad para expeler las sustancias tóxicas (hasta los cinco o seis años los pulmones no están formados del todo) e inhalan más contaminante por unidad de peso corporal; además de tener un comportamiento social que les lleva a pasar más tiempo en el exterior que los adultos (en el patio de la escuela, haciendo deporte o en el parque). Estas son algunas de las «características especiales» por las que los niños son más susceptibles a la mala calidad del aire, también por su inmadurez (aún no tienen el sistema inmunitario totalmente desarrollado), y que hacen urgente poner el foco en la contaminación de los coches en los entornos escolares, asignatura pendiente en no pocas ciudades.
La ciencia alerta de que el contaminante que más influye en la salud infantil es el ruido, el 75% provocado por el tráfico rodado
Así lo han explicado -con infinidad de cifras y estudios en mano- este viernes en una sesión informativa organizada por Science Media Centre España Julio Díaz, profesor de investigación del Instituto de Salud Carlos III, y Cristina Linares, investigadora Científica del mismo centro; ambos coordinadores científicos del Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC) y codirectores de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano en la Escuela Nacional de Sanidad (ENS). «Igual que Salud ahora está en la lucha contra el tabaco, debería haber una normativa específica sobre la contaminación en los entornos escolares«, considera Linares, quien recomienda a las familias estar informadas de los niveles de calidad del aire del entorno escolar, «denunciar, quejarse y pedir zonas de bajas emisiones alrededor de los colegios y de las guarderías», medida que, insisten, está demostrado que funciona.
«Hay auténticos picos de contaminación alrededor de los colegios a las horas de entrada y salida, provocadas por los conductores que van a buscar a los niños y no apagan el coche»
«Hay auténticos picos de contaminación alrededor de los colegios a las horas de entrada y salida, provocadas por los conductores que van a buscar a los niños y no apagan el coche«, denuncian los investigadores subrayando un dato bastante desconocido: el contaminante que más influye en la salud infantil es el ruido (el 75% provocado por el tráfico rodado).
La contaminación cuesta 900 millones de euros cada año a España en concepto de ingresos hospitalarios
«El ruido es una agresión que sufre nuestro cuerpo que, ante esa agresión, lo que hace es intentar repelerla aumentando la tensión arterial, el aporte de glucosa, el cortisol, la adrenalina… Y ese exceso de cortisol se va acumulando», detalla Díaz.
«El ruido es una agresión que sufre nuestro cuerpo que, ante esa agresión, lo que hace es intentar repelerla aumentando la tensión arterial, el aporte de glucosa, el cortisol y la adrenalina»
El investigador cita un estudio que se hizo con dos hermanos gemelos. Uno dormía en una habitación con ruido y el otro en una silenciosa. A la mañana siguiente se les midió el nivel de cortisol en saliva y era muy superior en el que dormía en la habitación ruidosa. «Es una reacción de estrés«, precisa Díaz, quien insiste en que la medida en la que las asociaciones de familias tendrían que poner el foco es pedir que limiten el tráfico en los alredores de los colegios.
«El calor afecta a los niños pero el gran problema es la contaminación y el ruido»
«El calor afecta, pero no es lo más importante, lo que no quiere decir que no haya que climatizar las aulas; pero el foco hay que ponerlo en reducir el tráfico«, subraya el experto, quien lo tiene claro: cuando se limita el número de vehículos la salud mejora y la mejor defensa contre el ruido es la distancia.
La contaminación atmosférica nos afecta en todas las etapas de la vida, desde el vientre materno, ya que la contaminación penetra en la sangre y entra en la placenta
«La contaminación atmosférica es un gran problema de salud pública y hay grupos especialmente vulnerables, como los niños; con síntomas que van del picor de ojos, escozor de garganta y mucosas, mayor mucosidad, dolor de cabeza al cáncer de pulmón o de vejiga, a la mortalidad por nacimientos prematuros, ansiedad, depresión… Nos afecta en todas las etapas de la vida, desde el vientre materno, ya que la contaminación penetra en la sangre y entra en la placenta«, relata la investigadora, que la contaminación tiene una vinculación con la mortalidad total a corto plazo en España ocho veces mayor que los accidentes de tráfico y está vinculada al 17% de los partos prematuros.
Nos preocupa mucho que el niño esté a 36 grados, pero su salud se resiente más cuando está a 90 decibelios
Díaz pone sobre a mesa datos sobre ingresos hospitalarios por urgencias. La contaminación cuesta 900 millones de euros cada año a España por ingresos hospitalarios. Los planes de prevención tieneContn que ir más allá de las altas temperaturas.
La contaminación, alertan los científicos, tiene también relación con el desarrollo de reacciones alérgicas. «El polen solo no impacta tanto como el polen mezclado con la contaminación; no solo hay un componente genético, es también importante el efecto de la contaminación. Nos preocupa mucho que el niño esté a 36 grados, pero su salud se resiente más cuando está a 90 decibelios«, reflexionan.
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