El BCE se ‘guarda munición’ y el mercado no duda: «Este ciclo de recortes ha concluido»

«Nunca defraude las expectativas del mercado». Esta afirmación de los economistas de ING resume a la perfección la última reunión del Banco Central Europeo (BCE) después de mantener los tipos de interés sin cambios y mostrar su optimismo con las perspectivas de crecimiento. Por ello, el mercado parece tener claro que el listón para un nuevo recorte está tan alto que «este ciclo de flexibilización ha llegado a su fin».

Así lo cree Nadia Gharbi, economista para Europa en Pictet WM, para quien «los halcones parecen haber tomado el control. A pesar de que la inflación no esté en el objetivo a medio plazo, el listón para recortes de tipos sigue alto. El crecimiento o la inflación tienen que sorprender materialmente a la baja para que haya más recortes».

Una opinión compartida con los estrategas de Danske Bank, que mantienen su previsión de que el BCE no modificará los tipos de interés oficiales en 2025 ni en 2026.

«Dado que el crecimiento se mantiene mejor de lo previsto, con una inflación subyacente por encima del objetivo del 2% debido a la rigidez del crecimiento salarial, y ante las perspectivas de flexibilización fiscal en 2026, no esperamos que el BCE aplique un recorte definitivo en los próximos seis meses«, comentan.

Irene Lauro, economista para la eurozona de Schroders, también considera que «el BCE parece confirmar nuestra opinión de que el ciclo de flexibilización ha terminado. Con la disminución de la incertidumbre comercial, la recuperación de la zona euro se acelerará».

Y es que el BCE ha dibujado un escenario muy similar al de junio, en el que prevé un crecimiento del PIB del 1,2% en 2025, del 1,0% en 2026 y del 1,3% en 2027. En cuanto a la inflación, el organismo no ha cambiado su perspectiva, situándola en el 2,1% en 2025, el 1,7% en 2026 y el 1,9% en 2027.

Además, la presidenta del organismo, Christine Lagarde, ha dejado claro que «el proceso desinflacionario ha terminado y estamos en una buena posición», reiterando el enfoque de ‘reunión por reunión’ y la dependencia de los datos.

Con todo, y aunque «diciembre siempre fue la oportunidad realista para un recorte, pero solo si la inflación sigue bajando y el balance de riesgos para el crecimiento se inclina aún más a la baja, parece improbable que haya otro recorte este año«, indica Roelof Salomons, Chief Investment Strategist de BlackRock.

Precisamente, con la inflación en el objetivo y un crecimiento resistente en niveles similares a los de la tendencia, «es de suponer que el ciclo de recortes del BCE ha concluido. Es probable que la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno (CG) consideren que el tipo de interés oficial del 2% es el punto medio de un rango neutral. Nosotros tendemos a coincidir con la opinión mayoritaria del CG y creemos que el riesgo para las perspectivas de inflación a medio plazo sigue estando, en general, equilibrado», afirma Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco.

MARGEN DE MANIOBRA

De este modo, el BCE se ha vuelto a mostrar cauto, pero los expertos entienden que ha alejado una posible rebaja de los tipos de interés en los próximos meses por dos razones. En primer lugar, porque estima que «la inflación se sitúa actualmente en torno al objetivo del 2%». Y en segundo lugar, al evidenciar que la economía europea remontará en los próximos meses, gracias a que los riesgos, a su juicio, están ahora «más equilibrados», lo que se traduce en una previsión de crecimiento más robusta.

«El BCE prosigue actuando con cautela a la espera de mayores movimientos en la economía europea y mundial. Así, ha decidido mantener la Facilidad de Depósito -lo que conocemos como tipos de interés- en el 2%, lo que le permite seguir guardando munición en caso de que la situación en Europa o Estados Unidos se complique», expresa Pedro Ruiz, portavoz de finanzas de Kelisto.

Con ello, «el organismo monetario europeo se cubre las espaldas para enfrentar o bien una posible recaída de la economía del Viejo Continente o una política más agresiva por parte de la Reserva Federal estadounidense, mientras los precios en la eurozona siguen cómodamente en torno al ansiado 2%», agrega.

De hecho, y aunque el umbral para un nuevo recorte de tipos se ha establecido alto, en ING prefieren no descartar por completo la posibilidad de que «el BCE se vea obligado a abandonar su buena posición en los próximos meses».

Es más, Luke Bartholomew, economista jefe adjunto de Aberdeen Investments, sigue «considerando que el próximo movimiento será probablemente una subida de tipos en lugar de una bajada, aunque esto aún podría tardar en materializarse».

A este respecto, en Pimco abogan porque «el BCE querrá preservar el margen de maniobra de la política convencional y tratará de minimizar el riesgo de tener que dar marcha atrás poco después de haber alcanzado el tipo terminal. Su evaluación de la estrategia para 2025 proporciona al BCE un margen de maniobra adicional, lo que sugiere una tolerancia algo mayor a las desviaciones modestas de la inflación con respecto al objetivo».

En este sentido, los riesgos para la eurozona han pasado de la incertidumbre comercial a la inestabilidad política, con Francia ahora en el punto de mira fiscal. «Pero la resistencia de la economía y el fortalecimiento de la demanda interna significan que el BCE puede permitirse mantener sin cambios su política monetaria«, enfatiza Lauro.

Por ahora, sin embargo, lo que predomina en el seno del BCE «es la sensación de deber cumplido. En un momento en que el libre comercio flaquea, resurgen las tensiones políticas y se cuestiona la independencia de la Reserva Federal, la zona euro puede contar con un banco central creíble. Ha sabido navegar sin sobresaltos en el entorno convulso de los últimos meses», subraya Raphaël Thuin, head of Capital Markets Strategies en Tikehau Capital.

En definitiva, «hay que dar por hecho que, a no ser que la situación económica se deteriore significativamente, el BCE ha terminado con sus recortes de tipos de interés y ahora tomará decisiones basadas en los datos de cada reunión. Si las condiciones o las perspectivas económicas empeoran, es probable que se produzca un nuevo recorte», concluye Martin Moryson, Global Head of Economics de DWS.

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