un viaje hilado a través de la memoria

La trilogía familiar que Carla Simón empezó con ‘Estiu 1993’ toca cielo en una película que sirve para cerrar la “saga” y las heridas. ‘Romería’ no solo vuelve a evidenciar la capacidad narrativa de la catalana para contar a través de sutilezas cotidianas, sino que trasvasa sus propias reglas tratando de hilar recuerdos de una memoria armada como un puzle, convirtiendo el tramo final en el cierre de una narración que se inició con Frida (protagonista de ‘Estiu’) y que acompaña a los espectadores en el ejercicio de mirarse hacia dentro. En esta suerte de autoficción existe una dimensión fabulativa, casi mágica, de la forma en que la memoria recompone lo real. Todo en esa película cuenta dos historias, empezando por el título. Una romería que es tanto itinerario a través de el los recuerdos contados, como ofrenda a la historia de su familia.

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