La Policía Nacional -por sus competencias en materia migratoria- y la Guardia Civil -responsable del mar territorial- investigan si el pesquero atunero que encalló y se incendió el miércoles de madrugada en la costa de Órzola, en el municipio de Haría, fue robado en la cuenca pesquera de Agadir, en Marruecos, para ser presuntamente utilizado como barco patera.
Es una sospecha que ambos cuerpos de seguridad del Estado pretenden aclarar después de constatar la debilidad que presentaban los cinco tripulantes- cuatro adultos y un menor- que fueron rescatados, desnutridos y sin calzado, algunos con síntomas de hipotermia en la zona conocida como el Charco de la Condesa. Las cinco personas rescatadas por los Bomberos del Consorcio de Emergencias de Lanzarote declararon que llevaban cinco días sin comer.
Los investigadores quieren saber quién es el propietario y armador de la embarcación, que quedó totalmente destruida tras varar en una zona rocosa del litoral y provocó un vertido de combustible , para que asuma la responsabilidad e incluso la multa que se imponga por las consecuencias medioambientales en esta zona de la costa de Haría, así como del pago de los trabajos de rescate y las tareas de emergencia realizadas.
Un presunto barco patera
No obstante, en su defecto, será el seguro de responsabilidad civil, en caso de que el propietario y armador del barco lo tenga, quien se haga cargo de los gastos.
Todas las hipótesis están sobre la mesa, pero las autoridades sospechan que la embarcación era utilizada para transportar migrantes desde la costa marroquí hasta Lanzarote y que fue directa hasta el litoral canario, sin hacer ninguna tarea de pesca.
Uno de los tripulantes ya había intentado entrar de manera irregular en España, según las pesquisas realizadas por los investigadores. La Policía les tomó declaración en la comisaría de Arrecife el mismo día del suceso, del que se tuvo conocimiento desde las 5.30 horas por un vecino, que dio la voz de alarma al ver la embarcación en la arena. Hasta ese momento no se había recibido ninguna petición de socorro por parte de las cinco personas que iban en el interior.
Asimismo, la Policía Nacional y de la Guardia Civil investigan si alguno de los cinco tripulantes del atunero han cometido algún delito o están involucrados en el presunto tráfico de personas.
Por otra parte, según informa Efe, el Ministerio de Transportes decidió ayer mantener, al menos 24 horas más, la emergencia por contaminación marítima decretada en Lanzarote tras encallar e incendiarse el pesquero marroquí en la costa de Órzola, pero solo por precaución, ya que el impacto del gasóleo derramado «es mínimo».
La Capitanía Marítima de Las Palmas, la Delegación del Gobierno y el Ejecutivo canario analizaron ayer por la mañana los últimos datos disponibles sobre el derrame ocasionado por el naufragio: apenas se aprecia vertido en el mar, solo irisaciones, y el combustible que ha llegado a la costa es escaso y está prácticamente confinado en un tramo de unos 600 metros de costa, dentro de una ensenada.
Mientras tanto, efectivos del Consorcio de Emergencias de Lanzarote siguen recogiendo en los tramos de costa más cercanos al punto del naufragio restos de gasóleo con paños empapadores.
Por ello, el Gobierno de Canarias y el Cabildo mantienen cerrados al baño dos espacios muy próximos a esa zona, el Charco de la Pepa y el Caletón Blanco.