De la «anomalía» de la ausencia de Alberto Núñez Feijóo en el apertura del año judicial a la visita del «correveidile» Salvador Illa a Carles Puigdemont, pasando por lo «antidemocrático» de no convocar elecciones para evitar que gane la derecha. Felipe González ha hecho un repaso a la actualidad política esta mañana en una entrevista en Espejo Público (Antena 3).
Ha reconocido que, si se viera en la situación de debilidad parlamentaria en la que está el Gobierno, él «indudablemente convocaba elecciones», y no usaría el argumento de que no lo hace porque «va a ganar la derecha».
«He oído decir, y me asombra, ‘pero es que va a ganar la derecha’. Yo no sé quién va a ganar. Quiero decir que ese argumento es un argumento antidemocrático. Eso no puede ser la razón por la que uno no convoca o convoca elecciones», ha declarado el expresidente del Gobierno, según informa Europa Press.
Así se ha referido a la reiterada negativa de adelantar los comicios de Sánchez, convencido de que agotará la legislatura en 2027, y esgrimiendo que «las elecciones son cada cuatro años» y que «así ha sido y así seguirá siendo».
«No vamos a romper la estabilidad de un gran país como es España, que vive uno de sus mejores momentos de las últimas décadas, para ponerlos en manos de la peor oposición que ha tenido la historia democrática de nuestro país, en manos del señor Feijóo y del señor Abascal», justificó Sánchez el pasado mes de junio en una Ejecutiva del PSOE tras destaparse el presunto caso de corrupción que vinculaba al hasta entonces ‘número tres’ del partido, Santos Cerdán.
Sobre los jueces y la política
Preguntado sobre si considera que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, debería haber dimitido por estar procesado, González ha respondido que si él estuviera en su lugar ya habría dejado el cargo, si bien desde su punto de vista vio bien que estuviera presente en el acto de apertura del año judicial.
«No hay absolutamente ninguna razón, desde el punto de vista institucional, para que no habiendo dimitido, y con la presunción de inocencia de todo el mundo, se ausentara de la apertura del año judicial», ha señalado.
A renglón seguido, ha resaltado la «anomalía» de que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, no acudiera al acto como líder de la oposición. «Él no tenía la obligación de estar, pero era una anomalía que no estuviera», ha añadido, afirmado que no asistir fue «un error inmediático«.
González también se ha referido a las críticas de Sánchez a «algunos jueces» que hacen política, alertando que cuando «los políticos judicializan la política» y lo que no ganan en las urnas «lo llevan a los tribunales» finalmente acaban porque «la justicia se politice».
Eso sí, ha sostenido que esa realidad no justifica que se pueda decir que «hay algunos jueces que hacen política», porque solo señala a «los que no te gustan». «¿Algunos jueces hacen política? Yo no estoy de acuerdo con esa expresión», ha zanjado.
«Procesismo» en la política española
González ha explicado asimismo que no le gustó que Salvador Illa se reuniera en Bruselas con Carles Puigdemont y ha dicho que sintió que fue como un «correveidile».
«Que Illa se haya prestado a hacer eso no lo entiendo», ha agregado tras mostrar su convicción de que fue por encargo de Pedro Sánchez, informa Efe.
Ha mostrado además su rechazo a que Illa se negara a decir públicamente lo que habló con Puigdemont porque cree que los ciudadanos catalanes tienen derecho a saberlo.
El expresidente ha admitido que se ha rebajado la tensión política en Cataluña tras el procès, pero ha considerado que «el procesismo se ha trasladado a la política española».
Sentimientos antisemitas
Preguntado por la situación en la Franja de Gaza, el expresidente ha pedido diferenciar a Israel de «lo que representa el actual gobierno de Netanyahu» y ha valorado que «si alguien está propagando sentimientos antisemitas en la opinión pública mundial» es el presidente israelí y su gobierno.
«La opinión pública internacional es fundamental para comprender a Israel. Si se cargan a la opinión pública internacional, realmente están cometiendo un error gravísimo», ha criticado González, que al mismo tiempo ha censurado que Hamás, que quiere «la desaparición» de Israel, tiene que entregar sanos y salvos a los rehenes que todavía tiene en su poder.
El exdirigente socialista, que reconoció a Israel durante su gobierno y estableció relaciones diplomáticas en enero de 1986, ha subrayado que no rompería relaciones diplomáticas con Israel «nunca», pero sí «pediría que se estudiara seriamente que se calificara como genocidio o no», quien reconoció al país hebreo y estableció allí relaciones diplomáticas en enero de 1986.
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