La Diada de 2025 llega bajo un escenario político que ya no es novedad, pero sí consolidación: es el segundo 11 de septiembre con un Govern no independentista, después de más de una década durante la cual Junts y ERC marcaron la centralidad institucional de la jornada. Sin embargo, esto no ha modificado los planes del PP para la jornada, que ha rechazado participar en todos los actos oficiales. Los populares siguen viendo la Diada como «un instrumento de división» y como un «altavoz de los discursos que han conducido a Catalunya al declive institucional, a la crispación social y al estancamiento económico y político». «Así no es nuestra fiesta«, afirma el manifiesto del partido para este Onze de Setembre.
Este miércoles los diputados del PP plantaron al president del Parlament, Josep Rull, en el acto que se celebró en la Cámara Catalana y en el que participaron también el president de la Generalitat, Salvador Illa, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Una ceremonia que sirvió para izar una gran ‘senyera’ que a partir de hoy presidirá siempre la entrada de la institución, pero que también certificó el inicio de una nueva etapa en Catalunya con los vetos al PSC ya enterrados. Este jueves por la noche tampoco acudirá ninguna representación de la formación al acto organizado por el Govern en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC).
Los populares han organizado su propio acto, que se ha tenido que trasladar a la sede del partido debido al mal tiempo. Allí, el presidente del PP en Catalunya, Alejandro Fernández, ha aprovechado para criticar al Govern de Illa y para rebatir su discurso de la «normalidad» política. «No es cierto que haya normalidad, la política catalana sigue secuestrada», ha denunciado, al tiempo que ha asegurado que las decisiones trascendentes para Catalunya no se toman en el Parlament, sino de forma «opaca» en Bélgica. «No es normalidad negociar con un prófugo de la justicia«, ha aseverado, en referencia al líder de Junts, Carles Puigdemont.
Además, el líder del PPC también ha aprovechado para hacer referencia a la nueva sentencia del TSJC sobre el catalán en las escuelas y sobre el anuncio de Illa de recurrir la decisión judicial. «No se puede hablar de normalidad cuando los conflictos lingüísticos se intensifican«, ha proseguido, acusando también a una parte de la sociedad catalana de ser «incapaz de entender que Catalunya no solo tiene una lengua propia». Según Fernández, en Catalunya hay un «bilingüismo natural» que no se reproduce en las administraciones y ha pedido una educación «libre y de calidad».
Vox y SCC
Vox, por su parte, ni siquiera ha organizado ningún acto para celebrar la Diada y niega que sea una jornada «para los catalanes». El partido liderado por Ignacio Garriga no hará acto de presencia en la celebración organizada por el Executiu, aunque tampoco había sido invitado. La directriz del Govern ha sido convocar a todo el mundo menos a la extrema derecha. Es decir, ni a Vox ni a Aliança Catalana.
Asimismo, tampoco la principal entidad no independentista, Societat Civil Catalana (SCC), ha participado de la celebración. En un comunicado, SCC ha tachado la Diada de «separatista y excluyente» y han reclamado que «la fiesta autonómica se traslade al 23 de abril», ya que consideran que Sant Jordi sí representa «lo mejor de la sociedad catalana». Según SCC, en 1980 «el nacionalismo inventó, oficializó y secuestró una celebración que excluye a los catalanes no separatistas» y, aunque consideran que la bajada en la participación en las manifestaciones por la Diada «es una prueba de que el independentismo ha perdido apoyo social», denuncian que «su influencia en la toma de decisiones que afectan a todos los españoles es determinante».
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