Empieza el espectáculo. Desde ya, 146 falleras, pertenecientes a todos los barrios de la ciudad, inician la carrera de medio fondo por alcanzar el puesto más deseado de la fiesta: ser fallera mayor de València o, en el peor de los casos, pertenecer a la corte de honor.
Absténganse a partir de aquí los «anti», aquellos que desprecian la parte «peineta» de la fiesta. Septiembre es territorio de corpiños y nervios. Y terminarán, en su primer asalto, el día 27 con el exceso de reacciones de alegría y tristeza, como remate de la primera parte del particular «talent» de la fiesta.
Como el año pasado, el proceso ha empezado con una presentación de las candidatas y del jurado. Todo ello en la terminal de Trasmed como anuncio del viaje exprés en barco que harán todas ellas a Palma de Mallorca y que servirá como convivencia y pruebas con los calificadores. Un proceso, para que negarlo, cargado de tensión incluso previa. En esta ocasión, hasta tres chicas fueron atendidas durante el acto. A eso se le llama nervios, porque ni siquiera hacía un calor sofocante. No: marearse no invalida a nadie -aviso para navegantes- pero sí que es verdad que es reflejo de esa consciencia de lo mucho que se juegan. En ´materia lúdica.
Las candidatas han desfilado una por una y después se ha presentado a los jurados. Una ceremonia simple, que aún no supone más que la ceremonia inaugural. A partir de ahora empieza el camino hacia el todo.















