Un día después de las elecciones del año pasado Donald Trump llamó a Charlie Kirk. El presidente electo tenía mucho que agradecer a ese joven de 31 años. Entre otras, que hubiera sido clave en la movilización del voto joven para el republicano y que, directamente, se hubiera encargado de la organización para llevar a esos jóvenes hasta las urnas en estados bisagra clave como Arizona.
La llamada de agradecimiento del presidente era confirmación del lugar clave que había alcanzado en el universo MAGA Kirk, asesinado este miércoles en un ataque de violencia política que sacude y conmociona EEUU. Y él esteba en el epicentro de ese terremoto ultraconservador que domina todo el Partido Republicano y la derecha estadounidense hoy.
La escalada hasta ese lugar de Kirk no había sido cosa de la última campaña. De hecho, y pese a su juventud, llevaba muchos años en ascenso. Y su punto de partida estaba en 2012, cuando con solo 18 años y dos días después de acabar el instituto, este hijo de arquitecto y consejera de salud mental que se había criado en las afueras de Chicago fundó Turning Point USA.
Esa organización conservadora buscaba predicar el evangelio entre los jóvenes del mercado libre y el pequeño gobierno. Fue estableciéndose en miles de institutos y universidades y aumentando su presencia con una imponente e influyente infraestructura en el universo mediático digital: redes, podcasts, programas de radio, YouTube…
«Guerras culturales»
A lo largo de ese proceso Kirk fue evolucionando y redirigiendo el foco de su grupo para centrarse sobre todo en las llamadas “guerras culturales” y el abrazo de las causas más ultraconservadoras, incluyendo la cruzada contra lo que llaman “ideología de género”, lo “woke” o las denuncias de supuesta represión y discriminación de los conservadores en el mundo académico o mediático.
También mantuvo la defensa a ultranza de la Segunda Enmienda y la oposición feroz a cualquier medida de control de armas.Y en 2023, por ejemplo, en un acto de Turning Point USA Faith pronunció esta frase: “Creo que desafortunadamente merece el coste de tener algunas muertes por armas cada año para que podamos tener la Segunda Enmienda para proteger otros derechos que nos ha dado Dios. Es un acuerdo prudente. Es racional», dijo.
Kirk también abrazó a Trump y el trumpismo desde la primera campaña presidencial, cuando consiguió entrar en el círculo de Donald Trump Jr., fue intensificando lazos y apoyos durante la primera presidencia del republicano y fue haciendo crecer su propia figura como influencer, activista, organizador, orador y, también, como provocador.
Cristiano evangélico y representante del nativismo cristiano blanco que tanta fuerza y poder ha ganado en EEUU, también abrazó teorías conspiratorias xenófobas como la del Gran Reemplazo. Sus dianas coincidían con las de Trump: los inmigrantes, la frontera, el Partido Demócrata,… “El odio y resentimiento de la clase dirigente de izquierdas por los hombres blancos protestantes anglosajones es real”, había denunciado en una ocasión.
En 2020 también había ayudado a propagar las mentiras sobre un inexistente fraude electoral. Y en la campaña de 2024 jugó el papel clave que le valió la llamada de Trump tras la victoria “Es una máquina, está listo para unificar y gobernar el país. Tiene más energía que nunca. Tiene un mandato y lo sabe”, escribió en X sobre el presidente electo tras la conversación.