Alexandra está embarazada de cinco meses y ha pasado la mitad de su gestación buscando a su madre, Orlinda Marín, una ama de casa desaparecida en el aeropuerto de Madrid el pasado 22 de junio. La joven, de 27 años, y sus dos hermanos, Estefanía y Juan David, denunciaron ante la Policía Nacional la ausencia de la mujer, de 60 años y diagnosticada de demencia, cuyo rastro se perdió cuando la mujer se desorientó en la T4 y salió de Barajas. Una cámara de seguridad la grabó caminando, sin rumbo, a 8 kilómetros de allí y, en este tiempo, la Policía Nacional ha peinado varias veces la zona, con ayuda de guías caninos.
Orlinda Marín, desaparecida el pasado 22 de junio en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas / SOS DESAPARECIDOS
La alerta por la desaparición de Orlinda fue difundida por SOS Desaparecidos y los tres hijos de la mujer pidieron colaboración ciudadana para encontrarla a través del canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica. Desde entonces, han recibido decenas de llamadas de personas que, con buena intención aunque sin estar en lo cierto, aseguraban haber visto a la mujer, desorientada, en distintos barrios de Madrid. Por eso, cuando el teléfono de Alexandra sonó el pasado 25 de julio y una voz masculina le dijo: «tu madre está conmigo», la joven pensó que esa vez sí, que por fin la habían encontrado.
Una «prueba de vida»
Sus esperanzas se disiparon tan pronto como su interlocutor siguió hablando: «Vamos a matar a tu madre si no nos mandas 3.000 euros. Nos mandas el dinero o te vamos a enviar la cabeza de ella«. Alexandra sospechó desde el principio que estaba siendo víctima de un estafador, pero la desesperación por encontrar a su madre la llevó a responder aquella amenaza. Eso sí, antes de acceder a pagar ninguna cantidad, pidió al hombre que le enviara «una prueba de vida» para comprobar que Orlinda «estaba viva», según consta en la denuncia que la familia de la mujer presentó en la Comisaría de Ibiza, a la que ha accedido este medio.
En sucesivas llamadas, el hombre que aseguraba tener secuestrada a su madre le pidió un adelanto del pago. Si Alexandra le enviaba 300 euros por Bizum, ella y sus hermanos tendrían la prueba de que Orlinda estaba sana y salva. Como la joven dudaba, el hombre la apremió detallándole todo lo que su madre iba a sufrir si decidía no mandarle el dinero: «A tu madre la picaremos, la descuartizaremos. ¿Dónde quieres que te llevemos la cabeza de tu madre?». Acto seguido, Alexandra escuchó cómo el supuesto secuestrador de su madre se dirigía a una tercera persona y le decía: «Trae el serrucho, ve preparándolo todo».
Una familia humilde
Por suerte, a pesar de la agonía, Alexandra tuvo la lucidez de ponerse en contacto con uno de los agentes de Policía Nacional que investigan la desaparición de su madre, que en cuanto conoció lo ocurrido le recomendó interponer una denuncia y bloquear en su móvil el número de teléfono desde el que el presunto extorsionador la estaba llamando. La joven lo hizo.

Orlinda y sus tres hijos, Estefanía, Alexandra y Juan David, en una foto del álbum familiar. / CEDIDA POR LA FAMILIA
«Hay gente que no tiene alma. Estamos toda una familia sufriendo el peor momento de nuestras vidas, nunca pensamos que algo así podría ser utilizado por unos delincuentes para tratar de ganar dinero», lamenta Estefanía, otra de las hijas de Orlinda. «Somos una familia humilde, mi mamá es ama de casa, mi abuelito es chófer en Colombia, mi hermana y yo vinimos a España hace dos años para trabajar en Ibiza… no hay derecho a que intenten extorsionarnos jugando con la ilusión de encontrar a mamá con vida, una esperanza que cada vez cuesta más mantener», añade.
Un teléfono de Colombia
La Policía ya investiga lo ocurrido como un intento de extorsión. Los agentes han descubierto que las llamadas que recibió la hija de Orlinda se hicieron desde un teléfono de Colombia y han identificado a su titular, por lo que están más cerca de dar con el o los estafadores que aprovecharon el sufrimiento de la familia de Orlinda para intentar engañarlos, provocándoles un dolor añadido.
La última imagen de Orlinda la grabó la camara de seguridad de una gasolinera cercana al aeropuerto, a las 9:50 horas del 22 de junio. Luego, la Policía averiguó que la mujer había pasado por la puerta de un club de golf de Alcobendas (Madrid) a las 10:30 horas. Orlinda iba caminando, a buen ritmo, pero desorientada.
Viaje desde Ibiza
La mujer sufre demencia desde hace seis años y, desde entonces, alternaba momentos de lucidez con pequeños despistes, según cuentan sus hijos. Por eso, cuando Orlinda y su padre, octogenario, viajaron a España desde Cali, para visitar en Ibiza a Alexandra y a Estefanía, su familia solicitó el servicio de asistencia para personas mayores o con movilidad reducida del aeropuerto, para que les ayudara con el equipaje y los accesos al avión. El viaje de ida transcurrió sin problemas. Tras pasar dos semanas en familia, Orlinda y su padre volaron hasta Madrid, desde donde salía el avión que les llevaría de vuelta a casa.

Orlinda, el día de su desaparición, en el aeropuerto de Ibiza / CEDIDA POR LA FAMILIA
«El chico del servicio de asistencia los recogió del avión y los acompañó hasta una sala de espera hasta que partiera su siguiente vuelo. En un momento dado, mi madre dijo que iba un momento al baño y se marchó. Mi abuelito se quedó medio dormido. Fueron apenas unos minutos, pero cuando él vio que no había vuelto y fue al baño a buscarla, ella ya no estaba«, explicaba Estefanía este verano a este canal de investigación y sucesos.
Su hermano Juan David, el menor de los tres hijos de Orlinda, viajó desde Colombia tras la desaparición de la mujer y, durante semanas, recorrió las calles de Madrid con la foto de su madre en la mano, preguntando puerta por puerta, mientras dormía en un coche de alquiler. Pero ha pasado mucho tiempo y el joven, de 25 años, ha tenido que volver a Cali para incorporarse a su puesto de trabajo. A más de 8.000 kilómetros de la ciudad en la que se perdió su madre, Juan David, el «ojito derecho» de Orlinda, sigue haciendo gestiones, con ayuda de los amigos que ha hecho en España, para encontrar a su madre: «Si solo puedo pedir una cosa más en mi vida, pido que me devuelvan a mi mamá«.