Decía la canción de la famosa acordeonista María Jesús “si me pierdo que me busquen en Benidorm”. Aunque los británicos no conozcan el tema se aplican la letra de forma insistente. Y es que se calcula que al menos un turista británico se “pierde” a la semana en Benidorm, debido de forma primordial al consumo excesivo de alcohol. Toda esta relajación da lugar también a un trabajo intenso en otro ámbito, en la Oficina de Objetos Perdidos (no es para personas) de la Policía Local que ha recogido este verano más de 900 artículos.
Empecemos por el material humano, que se supone más valioso. En la ciudad no es raro encontrar a un inglés que por la mañana te pregunta por la dirección de un hotel, pero del que no recuerda el nombre del alojamiento al día siguiente debido a la neblina que le produce aún el efecto etílico de las innumerables cervezas que han pasado por su garganta.
Susto a los familiares
A veces esta pérdida de sentido y dirección puede durar más de un día y ha dado un buen susto a familias y amigos que acompañaban, y perdido, al visitante. Según la Asociación de Comerciantes Británica, dirigida por Karen Cowles, el 99 % de estos incidentes se resuelven de manera satisfactoria.
Y la causa es normalmente el consumo abusivo de alcohol. Según fuentes de la Policía Local, los británicos vienen a pasar sus vacaciones en grupo pero cuando uno de ellos se queda tirado, normalmente no intentan recogerlo y al final se dan estas circunstancias de individuos ebrios que quedan desorientados en la ciudad sin capacidad de recordar dónde se alojaban.
Grupo en Facebook
A estas pérdidas de ubicación se suman las materiales que aumentan con la relajación que produce la ingestión de alcohol y que deja atrás carteras, documentaciones y teléfonos por las aceras. Tal es la problemática que su repercusión hizo crear el grupo de Facebook, “Lost and found”. En sus entradas hay anécdotas de todo tipo. Desde ingleses que ya en el aeropuerto cogen una maleta equivocada y la llevan al hotel, hasta anillos con inscripciones personales.
En sus páginas son importantes las fotografías de personas que desaparecen en las noches de diversión, y cabe cualquier objeto sin importancia, como una sola zapatilla, pero con profusión de documentos de identidad personal o teléfonos móviles. No se olvida en redes el caso del británico que hace once años perdió su dentadura postiza en una noche de farra. El hombre no daba crédito al recuperarla.
Para Cowles, el extravío tanto personal como de enseres se debe a esa relajación que tiene el británico en Benidorm y a la afluencia de grandes cantidades de gente, dos elementos que llevan a estas situaciones.
Oficina para objetos en la Policía
En la Oficina de Objetos Perdidos de la Policía Local conocen muy bien las características de los artículos que se pierden por todos los turistas o residentes de la localidad. En los tres meses del actual verano se han hallado 902 objetos, de los que se han entregado 175 y remitido a ayuntamientos o consulados de origen de los ciudadanos casi 400.
Cascos, tabletas, pero sobre todo móviles que se entregan al propietario porque la Ley de Protección de Datos no permite entregarlos a quien los encuentra. El departamento tiene estipulado un plazo de dos años para conservar los objetos al cabo de los cuales se destruyen. El dinero se queda en una cuenta destinada a tal fin en el Ayuntamiento.
La policía tiene cuenta en Facebook y la trata con ironía y humor. Por ejemplo, con la entrada en la red social al advertir; “¿Quién dijo que todos los bancos son malos?”. Se trataba de ironizar sobre los 2.500 euros encontrados en el interior de un bolso y que su propietario al final recuperó.
También se hizo famosa la urna funeraria que alguien dejó olvidada en una iglesia y que el departamento mantuvo el tiempo preceptivo al término del cual se llevó al cementerio.
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