‘Sor Tomasseta on sou?, ja vos podeu amagar, perquè el dimoni vos cerca, dins un pou vos vol tirar’. Los versos de la tradicional tonada dedicada a la santa mallorquina han resonado una y otra vez este domingo en Santa Margalida con motivo de la procesión de la Beata, que el tópico define como la más típica de Mallorca. Cada primer domingo de septiembre se repite el mismo ritual en la Vila, y no por ello se reduce el interés por una tradición que levanta auténticas pasiones en la localidad mallorquina, que se engalana para la ocasión.
Centenares de personas, entre ‘vileros’ y vecinos de otras localidades de toda la isla, han llenado las calles de Santa Margalida para ver de cerca los pasos de la santa, representada este año por la joven Marina Amer Femenías, que resultó elegida en el sorteo realizado a mediados de julio, y las impertinencias de los traviesos ‘dimonis’ que rompen ante los pies de la Beata las jarras que roban a los ‘pagesos’ y ‘pageses’, que tratan de conservarlas con celo pero terminan claudicando ante la insistencia y la pillería de los ‘dimonis’. Un ritual que se cumple año tras año por estas fechas y que sigue encandilando a los espectadores, boquiabiertos ante la espectacularidad de algunas de las carrozas participantes.
En la Plaça, el palco de autoridades repleto de cargos políticos e institucionales no se perdía detalle de la marcha. La presidenta del Govern, Margalida Prohens, y el presidente del Consell, Llorenç Galmés, vestidos con las prendas tradicionales de la payesía, al igual que muchas otras autoridades, presidían el palco. El alcalde de Santa Margalida, Martí Torres, y la totalidad de la corporación municipal, ejercían de anfitriones.
Para hacerse una idea de la magnitud de la procesión, más de 2.000 personas participaron en el desfile de forma activa como payeses y payesas, ataviados con las prendas tradicionales, cuyo modelo estético está marcado por el Ayuntamiento para lograr la máxima uniformidad posible. En total, son 800 las ‘colles’ de ‘pagesos’ que forman parte de la marcha. También participan numerosos ‘xeremiers’ y diversas bandas de música que amenizan la procesión con los conocidos acordes que caracterizan esta tradición.
Los ‘dimonis’ forman un extenso grupo de 150 individuos, de los cuales unos 30 forman parte de la organización y velan para que todo transcurra según marca la tradición. Según fuentes municipales, durante la procesión se rompen entre mil y 1.200 jarras. La ‘trencadissa’ final se lleva a cabo en la plaza de la iglesia.
Uno de los elementos más importantes de la procesión son las doce carrozas que participan y que recrean pasajes de la vida de Sor Tomasseta. Este año, además, había varias novedades en las carrozas de ‘Es Claustre’, ‘Glorificació’ y ‘Plaça del Mercat’, que presentaban algunos cambios con respecto a anteriores ediciones y que han sido muy bien recibidos.