Un algoritmo de aprendizaje automático puede identificar signos de consciencia en pacientes comatosos, lo que no solo acelera el inicio de la rehabilitación, sino que plantea la posibilidad de comunicarse con quienes quedan atrapados más allá de la consciencia ordinaria.
En las unidades de cuidados intensivos, donde un cuerpo yace inmóvil tras una lesión cerebral, la ciencia ha confirmado que la mente puede estar despierta. Es el fenómeno de la «consciencia encubierta«, una prisión en la que el pensamiento sigue activo, pero incapaz de gobernar el cuerpo para manifestarse. Hasta ahora, asomarse a ese mundo interior requiere complejos escáneres cerebrales o la atenta espera de un movimiento visible, pero un avance tecnológico promete cambiarlo todo.
Investigadores de la Universidad de Stony Brook han desarrollado SeeMe, una tecnología de visión por computadora que actúa como un extraordinario detector de intenciones. Su método, publicado en la revista Communications Medicine, se basa en una hipótesis sencilla pero profunda: antes de que un cerebro pueda ordenar un gesto evidente, ya produce ecos de esa voluntad en el rostro. SeeMe es capaz de capturar esos ecos, esos micromovimientos imperceptibles para el ojo humano, y descifrar su significado.
Detección temprana
El sistema funciona grabando el rostro del paciente mientras escucha órdenes simples. Luego, su inteligencia artificial analiza las imágenes con máxima precisión, rastreando el desplazamiento de los poros de la piel para identificar respuestas voluntarias. De esta forma, la herramienta no solo detectó la intención de obedecer, sino que lo hizo con una media de cuatro días antes en los movimientos oculares y más de ocho días antes en los gestos de la boca, en comparación con los exámenes clínicos.
Lejos de ser un registro de espasmos aleatorios, SeeMe demostró que los movimientos eran específicos de cada orden, confirmando con un 81% de acierto cuando un paciente intentaba abrir los ojos porque se le había pedido. Esto prueba que existe comprensión, un nivel de función cognitiva que hasta ahora permanecía oculto.
Referencia
Computer vision detects covert voluntary facial movements in unresponsive brain injury patients. Xi Cheng et al. Communications Medicine, volume 5, Article number: 361 (2025). DOI:https://doi.org/10.1038/s43856-025-01042-y
Mejor recuperación
Esta detección temprana es crucial, ya que, como señalan los expertos, cada día cuenta a la hora de tomar decisiones sobre el tratamiento y hablar con las familias sobre el pronóstico. Además, el estudio reveló que la amplitud y frecuencia de estos micromovimientos se correlacionan con una mejor recuperación funcional, convirtiendo a SeeMe en un potencial predictor del futuro del paciente.
Las implicaciones van más allá del diagnóstico. Abrir esta ventana a la consciencia permite iniciar antes la rehabilitación y, sobre todo, plantear un horizonte ético sin precedentes. «Esto tiene una gran implicación ética», afirma Sima Mofakham, autora principal del estudio, porque devuelve la posibilidad de «participar en su propio cuidado» a quienes se creían ausentes.
El próximo gran reto es usar esta tecnología para establecer una comunicación básica, un «sí» o «no» que rompa el aislamiento de quien no puede expresarse desde el más allá de la consciencia ordinaria.