El conflicto judicial entre Just Eat y Glovo continúa. La primera empresa de reparto ha presentado ante la Audiencia Provincial de Barcelona un recurso para proseguir con la demanda por valor de 295 millones de euros que inició contra la segunda a finales del año pasado. El primer asalto en este litigio lo ganó Glovo, al que un juez de lo mercantil de primera instancia dio la razón y negó que mediante su anterior modelo laboral, de ‘riders’ autónomos, estuviera ejerciendo una «competencia desleal». Ahora Just Eat, «tras un análisis jurídico exhaustivo», ha decidido continuar con el proceso judicial, según explican a EL PERIÓDICO fuentes de la compañía.
Este pasado julio y tras cinco jornadas de vistas orales, el juzgado número 2 de lo mercantil de Barcelona hizo pública su sentencia mediante la que desestimaba «íntegramente» la demanda interpuesta por Just Eat contra Glovo. La primera consideraba que la segunda ha ido ganando cuota de mercado durante los últimos años mediante un modelo laboral que la Inspección de Trabajo ha ido calificando de fraudulento. Glovo ahorraba costes y podía ampliar y reducir con mayor flexibilidad su operativa al basarse esta en repartidores autónomos y no en asalariados, tal como tiene Just Eat y como la autoridad laboral considera que debiere haber tenido Glovo.
No obstante, en una sentencia contundentemente a favor de la empresa de las mochilas amarillas, el juez consideró que ese modelo laboral que ha ido censurando la Inspección de Trabajo y que la propia empresa Glovo ha abandonado tras las sucesivas y millonarias sanciones era «innovador, tecnológicamente avanzado y que el marco laboral de su regulación resulta controvertido y obsoleto».
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