¡El nuevo curso ya está aquí! Tras varias semanas de ritmos veraniegos, regresamos a horarios y actividades que nos acompañarán durante muchos meses. Empezar de nuevo no siempre es llevadero, pero, con una serie de pautas, podemos hacer que la vuelta sea un agradable y firme paso hacia delante, que nos prepare para afrontar un curso exitoso.
Entramos en fechas de establecer nuevas metas, nuevas oportunidades de crecimiento académico y personal. Para ello, es fundamental considerar tres pilares básicos: trabajo continuado, bienestar emocional y organización del tiempo.
Trabajo continuado
El éxito académico en cualquier etapa educativa va de la mano del trabajo constante. Es importante marcar rutinas de trabajo continuo, llevar al día las materias, repasar los conceptos nuevos y aquellos que ya nos resultan familiares. Así ganaremos en seguridad y confianza. Con objetivos sencillos y alcanzables a corto plazo podremos celebrar cada avance y ganar en cada paso nuevas dosis de motivación personal.
Bienestar emocional
El inicio del curso escolar puede generar nerviosismo e ilusión, pero con confianza y la base de conocimientos que ya tenemos, podremos enfrentar los retos con éxito. Es fundamental contar con el apoyo y acompañamiento de nuestros familiares, pero aún es más importante y satisfactorio trabajar de forma autónoma, pues no hay mejor sensación que el éxito tras el esfuerzo propio.
La excelencia es la habilidad para mejorar continuamente, transformando cada experiencia en una oportunidad de crecimiento, enfrentando los retos con determinación y avanzando con la convicción de que siempre es posible mejorar. Una actitud positiva, proactiva y motivadora nos irá generando mayor bienestar. Aportar ideas, hacer preguntas o compartir puntos de vista son elementos esenciales para generar aprendizajes valiosos y sentirnos en sintonía con el proceso de crecimiento.
Sin duda, contar con estabilidad emocional será clave en todo el curso, pero especialmente al comienzo. No olvidemos que saber aprovechar los momentos de descanso y desconexión nos ayudará a reponer fuerzas en épocas de debilidad.
Organización del tiempo
Resulta esencial planificar semanalmente el estudio y las actividades a realizar, pero siempre conviene reservar tiempo para el reposo de la actividad académica. Haz tu propio horario semanal para las horas en las que no estás en clase. El cerebro necesita pausas para consolidar lo aprendido. Hay que buscar un ratito cada día para realizar algún tipo de actividad física o social que nos ayudará a equilibrar nuestro yo.
En definitiva, el inicio de un nuevo curso representa una valiosa oportunidad para crecer, aprender y abrirse a todo lo que está por venir, no solo en conocimientos, sino también en autonomía, responsabilidad y bienestar. Con rutinas claras, actitud curiosa y una buena organización del tiempo, tenemos asegurado un curso cargado de motivación y enriquecimiento.












