Los vecinos del nuevo barrio del Pilar, el Lada, Langreo, viven sobre una ciénaga. El garaje que ocupa el subsuelo de los diez edificios, donde se supone que deberían aparcar sus coches, algo que no han hecho nunca desde la construcción del barrio hace más de 20 años, está completamente inundado con más de un metro de agua estancada. Hay «ratas como gatos», todo tipo de insectos y hasta han crecido plantas. A simple vista se puede comprobar también que el terreno ha cedido en algunos puntos y las aceras presentan ondulaciones.
Fidel Dueñas, en primer término, y Torralbo, señalan el agua.
El garaje, en el que se acumulan miles de litros de agua, es propiedad del Principado a través de Vipasa, «pero ni hacen ni dejan hacer», explica Jerónimo Torralbo, portavoz de los vecinos. El problema es que los terrenos en los que se construyó el barrio «era una llamarga», como recuerda otro vecino, Julio Jesús. Torralbo añade que allí había una fuente. Todo esa agua acaba bajo sus casas. Cuando se hizo la construcción se instalaron unas motobombas que iban sacando el agua, pero «al no haber ningún mantenimiento se estropean y el garaje se inunda». Durante años, otro vecino, Fidel Dueñas, se encargó, por voluntad propia y sin recibir nada a cambio, de que la hojarasca y la maleza no tupiesen las bombas. Pasado el tiempo se le impidió el paso.
Un lago en la rampa de acceso
Lo que debería ser la entrada al garaje para los vehículos es un lago putrefacto y lo mismo ocurre con el acceso peatonal, situado en el centro del barrio. El agua cubre varios escalones por los que deberían subir y bajar personas.
Los vecinos se han puesto en numerosas ocasiones en contacto con el Principado, pero aseguran que nadie les hace caso. A lo sumo llega al barrio una cuba que está durante días bombeando agua para sacarla del garaje. Un trabajo que no tiene sentido ya que el agua sigue fluyendo.
En la zona hay más edificios. Los bloques de viviendas también se levantaron sobre esa «llamarga» y tienen garaje. También fluye el agua bajo los edificios pero los sótanos se utilizan porque se tuvo en cuenta que podía haber inundaciones, se canalizó el agua y se instalaron bombas de achique que se mantienen adecuadamente.
Es lo que quieren los vecinos de El Pilar. «Que nos cedan o nos vendan las plazas de aparcamiento o al menos que hagan el mantenimiento, que lo pagamos nosotros a través de la Comunidad», subraya Torralbo.
Plazas para los vecinos
Las plazas en un principio eran para los vecinos pero finalmente no fue así. Nunca se utilizaron para nada, un sinsentido que se está convirtiendo en un peligro para la salud de los vecinos o incluso para la integridad de los edificios ya que miles de litros de agua van socavando el terreno.
Los vecinos llevan así más de 20 años. Llegaron a este «nuevo» barrio de El Pilar después de que sus viviendas fuesen derribadas en una actuación que terminó en 2002. Vivían junto a la térmica de Lada y la subestación eléctrica. La negativa a soterrar los cables de alta tensión llevó a la decisión de derribar los bloques y trasladar a los vecinos al lugar donde están ahora. Los terrenos que ocupaban sus casas son ahora una pista deportiva.
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