Apenas diez meses después de que el Circuit de Barcelona-Catalunya acogiera el Solidarity GP que ponía fin a la temporada 2024, el trazado catalán abría de nuevo sus puertas a la caravana del mundial para la decimoquinta etapa del campeonato 2025 con un escenario completamente distinto: Sin un título en juego, con Martín adaptándose a la Aprilia, Pecco Bagnaia sufriendo y Marc Márquez como líder destacado.
El de Cervera rindió homenaje al GP de ‘casa’ con una decoración especial en su casco, muy en línea con el cartel promocional del Gran Premio y el tradicional ‘panot’ barcelonés, esa reconocible flor que aparece en las baldosas de la ciudad, como gran protagonista.
Aleix Espargaró o Jorge Martín, quien se proclamó aquí el pasado mes de noviembre campeón del mundo, eligieron también un diseño especial para su casco en esta cita.
Edición especial del casco de Jorge Martín / X
Más allá de los diseños, los pilotos cuidan también sus celebraciones, aunque no siempre la emoción o los nervios permiten tener la cabeza lúcida en ese bonito momento. Como muestra, un Àlex Márquez al que solo se le ocurrió hacer la croqueta en esa curva diez donde se fue al suelo el sábado. Marc, entre tanto, intentaba buscar a algún conocido entre el público e incluso se planteó trepar por la verja, aunque, por muy súper hérore que sea, todavía no se le ha concedido la capacidad de ser ‘spiderman’.
Pero si la primera celebración fue original, la segunda, ya en su box no lo fue menos. Si Àlex estaba contento, había una persona que lo estaba aún más, su madre, Roser Alentà. Ambos se marcaron un balile para celebrar la victoria que pasará a la historia de las actuaciones de Ducati, seguro.
Cosas del paddock
Como es habitual, antes del GP los pilotos se entretienen con diferentes actividades, ya sea montar en bici, jugar a fútbol o entretenerse con juegos de mesa, con mayor o menor habilidad. Los dos pilotos del TrackHouse, Raúl Fernández y Ai Ogura se probaron con un juego de equilibrio que dejó al japonés como ganador.
Otros demostraron sus habilidades culinarias, como Maverick Viñales con un ‘show cooking’ tras la jornada del jueves y otros se atrevieron con el minigolf, pero los que realizaron una actividad poco habitual fueron los componentes del Red Bull KTM Ajo. Rueda y compañía disfrutaron de nada más y nada menos que de ¡¡una carrera de tractores!!… parece una broma, pero no lo es. De la mano de su patrocinador, Avant, los jóvenes pilotos pudieron ponerse a los mandos de una máquinas con cuatro ruedas y bastantes kilos más que sus habituales motos, y no se les dio nada mal. Si lo del motociclismo se acaba, tendrán en el campo un plan B.
La creatividad de los aficionados es inagotable, tal y como se puede ver en todos y cada uno de los circuitos. En Montmeló, el protagonismo fue para este seguidor de Ducati que lució una camiseta con la imagen de Davide Tardozzi y la ya mítica frase ‘é rosso’ que dirigió a los ducatistas en Mugello cuando empezaron a increpar a Marc Márquez.
Tampoco faltaron en este Gran Premio las visitas ilustres. Por el paddock se pudo ver a jugadores del Barça como Eric Garcia y también a jugadoras del Barça femenino como Aleixa Putellas que saludó durante la jornada del jueves a varios pilotos de MotoGP, con Marc como anfitrión. El sábado fue Joan Garcia el que visitó a los pilotos y ondeó la bandera a cuadros en la sprint, y el domingo fue el turno para CAT, la mascota azulgrana que se dio un baño de masas con los aficionados.
También formó parte de la fiesta toda una leyenda del club como Carles Puyol, que se paseó por el paddock el domingo y saludó a Marc Márquez antes de que empezara la salida.
Y más allá de los VIP, en cada circuito se pueden ver a familiares y amigos acompañando a los pilotos pero Raúl Fernández se pasó el juego en este sentido. El del Trackhouse tuvo un compañero muy especial, su perrito Pancho, que llegó debidamente, con acreditación incluida.

Raúl Fernández con Pancho / @TrackhouseMoto
Desde otra óptica nos mostraron la celebración de su piloto Fabio DiGiannantonio los del Pertamina Enduro VR46. Acostumbradoas a ver todo desde fuera, el equipo italiano quiso mostrar la visión desde el otro lado y colocó una cámara en la gorra de DiGia para que todos puedan sentirse por una vez un poco piloto.