Marcel Granollers ha tocado, finalmente, el cielo en Nueva York. Seis años después de establecer la pareja de dobles con Horacio Zeballos y alcanzar la final del Abierto de Estados Unidos en aquel 2019 de estreno, el barcelonés y el de Mar de Plata han conquistado el título este sábado, su segundo grande del año y también de su aventura como dupla tras ganar en junio Roland Garros.
En Nueva York, como en París, lo han hecho imponiéndose a los británicos Joe Salisbury y Neal Skupski, ante los que han logrado una trabajada victoria bajo el techo de la pista Arthur Ashe, cerrado en previsión de lluvia.
En el cemento azul el catalán y el argentino han despejado oscuros nubarrones (un primer set en contra y tres bolas de partido en contra con su servicio en el décimo juego de la tercera manga). Y en dos horas y 24 minutos, en la segunda oportunidad, han sellado el 3-6, 7-6 (3) y 7-5 que les da el trofeo y un cheque, a repartir entre los dos, de un millón de dólares.
Una pareja sólida
Hace justo seis años que Granollers, de 39 años, y Zeballos, de 40, empezaron a jugar juntos y fue precisamente aquel 2019 cuando llegaron a la final en Flushing Meadows, que entonces perdieron ante los colombianos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah.
Desde entonces, con 280 partidos a sus espaldas, han ido profundizando y puliendo su colaboración, consolidándose como uno de los dobles mejors del circuito y la motivación les ha llevado ya a 13 títulos como pareja, el número uno, cinco finales de Grand Slam contando esta neoyorquina (también disputaron las de Wimbledon en 2021 y 2023) y el título parisino.
Ahora suman el de Nueva York, que sabe especialmente a gloria a Granollers en un año en que las lesiones han puesto trabas en su camino. En Australia no pudo jugar por una lesión en el pectoral y tras Wimbledon tuvo también que parar.
El catalán, que en su carrera en individual ganó cuatro títulos y llegó a estar entre los 20 mejores del mundo, y que ya había disputado otra final neoyorquina en 2014 cuando jugaba con Marc Lopez (con quien también alcanzó la final en París), ha vuelto a mostrarse en plena forma en Flushing Meadows. Y profundiza en la aventura de dobles con Zeballos que mantiene su nombre en lo más alto del tenis.
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