Jannik Sinner sumó su victoria 300 para conseguir el billete para la quinta final consecutiva de Grand Slam. El italiano superó a un combativo Felix Auger-Aliassime (6-1, 3-6, 6-3 y 6-4) que pese a jugar un gran nivel de tenis se vio superado en el momento de la verdad ante un Sinner al que se le vio pasar los peores momentos de todo el torneo.
Mermado por un problema en su abdominal, que le lastro durante buena parte del partido sobre todo en la potencia de su servicio, Sinner dejó escapar el segundo set en todo el torneo, aunque cuando más complicada se le puso la situación, más sacó a relucir su condición de campeón para acabar con la rebelión del canadiense, al que se le hizo algo grande el escenario y la situación.
Son ya 27 victorias consecutivas en torneo Grand Slam de pista dura (Open de Australia y US Open) en el camino de alzar su quinto título de Grand Slam para igualar con su gran rival y enemigo nuevamente este próximo domingo, Carlos Alcaraz.
Será la tercera final consecutiva de Grand Slam entre ambos tras la de Roland Garros y Wimbledon, aunque esta tendrá un aliciente especial. Además del título, la victoria en la final del US Open servirá para definir el número uno del mundo a partir del próximo lunes.
De vencer, Sinner mantendría una semana más su liderato elevando a 65 las semanas desde que lo alcanzo. Por contra, de ser el murciano quien vuelva a ganar en Nueva York, habrá cambio de líder.
DE LA LÓGICA AL SUSTO
Era lo más lógico al inicio del torneo y nada ni nadie ha sido capaz de evitarlo. Tampoco el mejor Auger-Aliassime que firmó un excelente nivel en varios momentos del encuentro, demostrando que su presencia en semifinales no era casualidad tras dejar por el camino rivales de la talla de Zverev o De Miñaur.
Y es que pese apuntarse el primer set por un contundente 6-1, para nada hacía justicia a lo que se vio sobre la pista. Vendía muy caro cada punto el canadiense, ante un Sinner que se hizo más efectivo y fue decantando juego a juego. Tan poco representaba el marcador con lo sucedido en el juego, que el segundo set acabaría cayendo del lado de Auger-Aliassime, que rozó la perfección en muchos momentos ante un Sinner al que se le vio pasarlo mal de verdad.
Cara de preocupación y gestos contrariados del italiano que tuvo que ser atendido en los vestuarios para tratar su zona abdominal, en lo que será un punto muy a tener en cuenta de cara a la final del domingo.
Pese a ello, no le impidió seguir jugando un gran nivel de tenis y ayudado por la bajada de efectividad de su rival a mediados del tercer set, pudo volver a redirigir el rumbo y tomar ventaja nuevamente, antes de un cuarto set en el que volvió a sufrir, sobre todo al servicio.
PREOCUPACIÓN
Demostró capacidad de sufrimiento y sacó a relucir su condición de campeón en el momento que más lo necesitó en todo el torneo para acabar con la rebelión de Auger-Aliassime, que vendió cara su derrota hasta el final.
Victoria y nueva final, aunque para Sinner lo primordial es recuperar la zona abdominal que le molestó durante buena parte del partido, aunque cierto es que no le privó de jugar su tenis habitual, lejos eso sí de los porcentajes habituales.
Próxima y última prueba, de nuevo Alcaraz. Sin el mejor precedente tras la retirada en Cincinnati, ni tampoco las mejores sensaciones. Pero ante una final el italiano ya ha demostrado muchas veces de lo que es capaz.