Cada día un poco más, el papa León XIV va dejando claro — mediante gestos, alocuciones y acciones — que la imagen que quiere proyectar de su papado es la de un pontífice ecologista, preocupado por el medio ambiente y por la crisis climática que el Planeta sufre. Pero este viernes, además, también ha querido dar el ejemplo al acudir a la inauguración oficial de Borgo Laudato Si, un nuevo complejo construido por el Vaticano, basándose en criterios de economía circular y agricultura sustentable, inclusiva y biodiversa, en los terrenos de la residencia veraniega de los papas en Castel Gandolfo, a poca distancia de Roma.
León XIV ha apadrinado de esta manera una idea que había sido apoyada por su predecesor, el papa Francisco. Y lo ha hecho además precisamente al cumplirse los 10 años de la encíclica Laudato Si sobre la ecología de Francisco. Este es uno de los documentos más importantes del pontificado del difunto Papa, en el que llegó a pedir al mundo y a la política de liberarse del yugo del poder económico para salvar el planeta.
Con este preámbulo, el nuevo Borgo se ha presentado con una idea que también parece una llamado a una revolución. De hecho, el corazón del proyecto es un centro de alta formación para futuras generaciones de estudiantes, profesionales y comunidades vulnerables, que ya en los pasados meses han empezado a aprender sobre agricultura sostenible mediante técnicas biodinámicas y regenerativas que promueven la biodiversidad y el respeto del suelo.
55 hectáreas con 3.000 especies de plantas
Todo esto en un sitio bucólico. En concreto: un área de 55 hectáreas entre los municipios de Castel Gandolfo y Albano Laziale, con más de 3.000 variedades de plantas (incluyendo el antiguo olivar, con más de 1.000 árboles, y una encina de más de 700 años), tierras cultivables, jardines secretos y laberínticos con setos de boj, viñas biodinámicas, animales (también unos caballos de origen español), y la granja agrícola. En medio de ello, ha sido levantado el nuevo centro polifuncional, construido «según los criterios más avanzados de sostenibilidad, gracias a la instalación de sistemas fotovoltaicos, sistemas de aislamiento de última generación y gestión circular de los recursos hídricos», según ha explicado el Vaticano.
Otra novedad es la intención de la Santa Sede de que, en toda el área, sólo circulen vehículos eléctricos y sostenibles, de impacto cero, lo que ocurrirá «en un futuro próximo». Ya hoy, «el conjunto, certificado de impacto energético cero, incluye aulas de formación, espacios para conferencias, un punto de restauración, un emporio y un invernadero didáctico donde se encuentran plantas con fuerte simbolismo religioso, además de variedades antiguas de la región», ha precisado la Santa Sede.
Convertir a los negacionalistas
En esta línea, simbólico es también que precisamente desde Castel Gandolfo, ya en julio pasado, León XIV, rodeado de plantas y árboles, celebró la primera «misa verde» de la historia de la Iglesia católica. Una novedad litúrgica, esta, aprobada el pasado 3 de julio, con el objetivo de poner el énfasis precisamente en la apremiante necesidad de cuidar mayormente el planeta.
Sus palabras no dieron entonces lugar a dudas. Al expresarse sobre los llamados negacionistas del clima, León XIV los criticó abiertamente y les pidió que se conviertan. Es necesaria la «conversión de tantas personas, dentro y fuera de la Iglesia, que todavía no reconocen la urgencia de cuidar la casa común», que sufre «tantos desastres naturales», «en gran parte o al menos en parte» originados por los «excesos del ser humano», afirmó.
Suscríbete para seguir leyendo