Carlo Ancelotti los echó de menos la temporada pasada. Más a Carvajal que a Militao, que sumaba su segunda temporada lesionado tras romperse de nuevo la rodilla, ahora la derecha tras recuperarse de la izquierda. Xabi sí puede contar con ellos desde el arranque de curso, pero se ha encontrado con rendimientos muy diferentes. El madrileño necesita tiempo mientras que el brasileño parece estar cerca de su mejor nivel.
Relevos
Alonso ha trazado un plan con ellos para evitar sobrecargarlos después de tanto tiempo alejados de la competición. Le favorece tener relevos de garantía para llevar a cabo su plan y recuperar plenamente el nivel de ambos. Alexander Arnold compite con Carvajal, mientras que alterna a Rudiger con Militao, además de tener a Asencio en la recámara en caso de necesidad.
Sin embargo, es la banda derecha la que todavía no está a la altura deseada. Trent está en plena adaptación al equipo y a las costumbres españolas, aunque suple esa distancia con calidad.
Carvajal, por su parte, está lejos del nivel que tenía antes de la lesión. Se le ve lento, pesado e impreciso. Le está costando recuperar su nivel y recuerda a Alaba, que está viviendo las mismas sensaciones.
Cuestión de físico
El canterano va camino de los 34 años (en enero) su rendimiento provoca cierta desazón en el entorno madridista. Confían en el espíritu competitivo del capitán, y que vaya recuperando poco a poco sensaciones técnicas, aunque preocupa más que recupere el físico y vuelva a ser rápido, ágil y versátil. No será por falta de profesionalidad, algo fuera de toda duda en todos estos años. Nunca regateó esfuerzos ni se escondió, aunque si el físico no acompaña le será más difícil estar a la altura.
Militao, camino de los 28 (en enero), está dando la talla. Parece como si no hubiese sufrido dos pesadillas que le han tenido dos años en la enfermería.
Los dos partidos que ha jugado, Osasuna y Mallorca completos, ha dejado constancia de que sigue conservando sus mejores condiciones: rápido en sus reacciones, potente en los duelos y veloz en el repliegue. Le sobra ímpetu y eso es quizá lo que Xabi intenta atemperar para que no vuelva a lesionarse.