Las protestas por la presencia del Israel Premier-Tech en la Vuelta Ciclista a España han continuado este viernes en la salida de la 13ª etapa, en Cabezón de la Sal (Cantabria), donde un grupo de personas ha protagonizado una cacerolada, aunque sin más incidentes.
La cacerolada comenzó sobre las 10:00 horas frente al Ayuntamiento de la localidad cántabra, en cuyo balcón estaba colocada una bandera de Palestina, y ha continuado en la calle de la ciudad de la que partía el pelotón camino de una de las etapas más importantes de la Vuelta, la que finaliza en el mítico alto asturiano de L’Angliru.
También se ha parado el grupo de personas que protestaban frente al acto de firma de los ciclistas, cuando los corredores estaban en esa parte del inicio de la etapa.
El delegado del Gobierno en Cantabria, Pedro Casares, se ha acercado al inicio de esta etapa, que ha calificado de «histórica» dentro de la Vuelta, por la llegada a L’Angliru tras discurrir primero por cuatro municipios cántabros: Cabezón de la Sal, Valdáliga, San Vicente de la Barquera y Val de San Vicente, antes de llegar a Asturias.
Casares ha resaltado el trabajo de los casi 400 agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que están velando por el buen desarrollo de la Vuelta, a cuyos organizadores han criticado en sus gritos las personas -menos que en otras etapas- que se han acercado este viernes a Cabezón de la Sal con cacerolas y banderas palestinas.
La negativa del equipo
El delegado del Gobierno en Cantabria y secretario general del PSOE cántabro ha trasladado un mensaje de solidaridad con el pueblo de Palestina, con quienes de forma pacífica reivindican lo que considera «una causa justa» porque es «un genocidio», y ha pedido a los responsables del equipo Israel-Premier Tech que se retiren de la Vuelta.
Tras los incidentes del miércoles, el equipo israelí emitió un comunicado en el que además de lamentar lo sucedido, confirmaron que no abandonarían la competición.
«El equipo sigue comprometido a competir en La Vuelta a España. Cualquier otra decisión supondría un precedente peligroso en el deporte del ciclismo, no solo para Israel Premier Tech, sino para todos los equipos».
La nota añadía que el equipo «ha expresado en repetidas ocasiones su respeto por el derecho de todos a protestar, siempre que esas protestas se mantengan pacíficas y no comprometan la seguridad del pelotón», destacando el agradecimiento al extenso trabajo de organización y policía.
En el mismo comunicado se lamentó que «el comportamiento de los manifestantes en Bilbao hoy no solo fue peligroso, sino contraproducente para su causa y privó a los aficionados vascos al ciclismo, algunos de los mejores del mundo, de la llegada de etapa que merecían», concluye la formación.
El director técnico de la prueba, Kiko García, señaló con crudeza que «entre todos hay que buscar una solución, que para mí solo hay una ahora mismo: que el propio equipo de Israel se diera cuenta de que estando aquí no facilita la seguridad de todos los demás. Pero nosotros no podemos tomar esa decisión».
Guerrero insistió en que no abandonarán: «Crearíamos un precedente para otros casos con otros motivos diferentes en los que hubiera protestas en contra de otros equipos. Nos hemos preparado muy bien para La Vuelta y nuestra idea es ir hasta el final», remarcó.
El director confesó que «nos han llegado amenazas de muerte, tenemos miedo» y pidió «que no agredan al equipo», apelando tanto a las autoridades como a los aficionados para proteger a ciclistas y staff ante el aumento de tensiones.