El Ayuntamiento de Vila-real estudia las bonificaciones que podrían aplicarse a los establecimientos comerciales y hosteleros de la ciudad para minimizar el impacto de la nueva tasa de basuras, a modo de las acciones que ya se llevaron a cabo durante la pandemia del covid-19, encaminadas a evitar el cierre de negocios por las obligadas medidas de limitación de movimiento de las personas y de apertura de los locales.
Así lo ha anunciado la vicealcaldesa y concejala de Servicios Públicos, Maria Fajardo, quien señala que este tipo de bonificaciones podrán aplicarse ya para el próximo ejercicio del 2026, una vez se ponga en marcha la nueva tasa, por primera vez este año en Vila-real, y se estudien posibles alegaciones que se puedan presentar a la misma por parte de comerciantes, hosteleros y autónomos en general con establecimientos abiertos al público.
La vicealcaldesa Mria Fajardo ha avanzado que habrá medidas compensatoria para minimizar los efectos de la nueva tasa de basuras. / Mediterráneo
Fajardo reitera que esta nueva tarifa «no es una imposición del Ayuntamiento de Vila-real, sino que forma parte de una obligación de la legislación europea y estatal que se establece para contribuir en la mejora de la gestión de los residuos y para limitar los efectos del cambio climático en el planeta».
Poner en valor los servicios actuales
Además, la vicealcaldesa incide en que «también es una oportunidad para poner en valor los servicios de los que disponemos e impulsar su uso«. En este sentido, se ha referido a la reforma y mejora del ecoparque, gracias a una subvención que ronda los 90.000 euros, cuyos trabajos se prevé que estén finalizados para final de año, con el objetivo de promover entre el vecindario que se depositen allí aquellos residuos que sean reciclables, algo que también se puede hacer en los numerosos contenedores para cartón, envases ligeros y vidrio que se reparten en todo el casco urbano. La modernización de este recinto «permitirá registrar y calibrar los residuos y vincularlos a valores catastrales, lo que nos proporcionará datos reales a partir de los cuales podremos bonificar a las familias y empresas que más reciclan”.

El consistorio quiere potenciar el uso del ecoparque y el reciclaje que, posteriormente, podrían derivarse en bonificaciones a vecinos y empresas. / Josep Carda
En este sentido, la también edila de Servicios Públicos ha señalado que para el sector hostelero «se están estudiando fórmulas para aliviar la tasa, porque hacer las cosas bien debe tener recompensa y queremos que los negocios colaboradores vean reconocido su esfuerzo”. Y recuerda que estas medidas se suman a la bajada del IBI prevista para el 2026 “para apoyar a comercios y familias, igual que hicimos durante la época del covid-19”. En esta línea, ha indicado que se prevé mantener reuniones con comerciantes, hosteleros y empresarios para evaluar cómo se podría compensar la tasa ajustando el IBI.
Convenio con la UJI
Por otra parte, Fajardo ha señalado que se ha firmado un convenio con el grupo de investigación Ingeniería de Residuos y Sostenibilidad (Ingres), de la Universitat Jaume I, para estudiar “el uso, barrio a barrio, de las islas de reciclaje para saber en cuáles se recicla más y poder premiar a la ciudadanía que colabora”. Y añade que también se trabaja para permitir, ya para el ejercicio 2026, la domiciliación y el fraccionamiento de la tasa, “cuestiones que, por normativa, al ser la primera vez que se generaban estos recibos, no podían aplicarse, y que también facilitarán la inclusión de bonificaciones”.
La vicealcaldesa ha indicado que en los últimos tres años se ha realizado un esfuerzo importante para modernizar el servicio de recogida y tratamiento. Un tratamiento que, al estar clausurado el vertedero de Onda, se ha encarecido al tener que trasladar los residuos a otras ciudades del estado. La responsable de Servicios Públicos ha aprovechado para incidir en la importancia de separar los residuos para ahorrar trabajo y recursos, y avanzar hacia una recogida más eficiente.
“El objetivo es convertir la tasa en una herramienta más justa y realista con los objetivos de sostenibilidad que el mundo globalizado nos exige a pueblos y ciudades y que debemos materializar”, ha argumentado Fajardo, quien apuesta por ver esta tasa como una oportunidad para tener un pueblo “más limpio, más sostenible y con unos servicios más justos para todos”.