España dijo adiós a las primeras de cambio / EFE
Vale que las expectativas no eran demasiado elevadas y que las cinco derrotas en seis amistosos no invitaban al optimismo. Y que era una selección incluso demasiado joven por las bajas (Lorenzo Brown, Alberto Díaz y Alberto Abalde). Incluso Darío Brizuela se lesionó en la primera parte contra Grecia. Podríamos poner mil justificaciones que no podrían ni deberían ocultar una decepcionante actuación con muchos culpables.
El primero sería la Federación Española, que por fin deshará con la Liga U el enorme error de cargarse hace dos décadas la categoría junior. ¿Por qué España arrasa en categorías inferiores y ha caído eliminada en el Eurobasket? En parte, porque durante muchos años los chavales de 17 años se encuentran sin opciones de nivel, perdidos entre jugadores bálticos o veteranos en Tercera FEB.
Después, los jugadores y Sergio Scariolo, quien despide de manera triste una histórica trayectoria en la selección al nivel de Antonio Díaz Miguel y ‘Pepu’ Hernández. Y incluso por encima. El italiano ha sido honesto y profesional hasta el último día. Buena prueba de ello es que pensó en el futuro más que en él, arriesgando con los jovencísimos De Larrea y Saint-Supéry en el base. Podría haber llamado a Guillem Vives. O a Dani Pérez. Fue valiente y deja dos proyectos de enormes directores de orquesta para Los Ángeles 2028.
El equipo tampoco ha respondido y hay un jugador que quuda señalado por todos. Juancho Hernangómez ha sido una sombra durante todo el torneo, con una falta de intensidad que ha puesto de los nervios a toda la afición. ¿Cómo se llamaba la película en la que aparecía? ¿Garra? Es como si yo hago de Pitufina con 2,02 de altura.
Dicho todo esto, España compitió de maravilla ante un equipazo como Grecia, condenada por su irregularidad y por el dúo Dorsey – Giannis Antetokounmpo. Igual que en las derrotas ante Alemania y Grecia en los amistosos, o contra Italia en el Eurobasket. Lo que es imperdonable es perder contra Georgia.