El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, asistió este miércoles a la reunión de subsecretarios y secretarios autonómicos que el Gobierno valenciano celebra de manera semanal para ordenar los asuntos que van al pleno. Se trata del conocido como ‘consellet’.
El líder del Ejecutivo autonómico acudió en lo que suele ser una imagen poco habitual y relevante en el actual contexto político.
De acuerdo con fuentes de la Generalitat, realizó una especie de arenga en la que transmitió la directriz de impulsar la acción de Gobierno en todos los departamentos. El objetivo es exhibir gestión de cara a un otoño que se prevé duro a nivel político.
Mazón hizo una breve intervención en la reunión dirigiéndose a los presentes. Es decir, el segundo escalón de la Generalitat al completo.
En ella trazó lo que se interpretó como la estrategia que ha de seguir el Ejecutivo en los próximos meses hasta final de año.
Así, abordó las cuestiones en las que quiere poner más énfasis en este momento. De un lado, la gestión y, de otro -aunque está relacionado- los presupuestos.
En cuanto a la acción de Gobierno, resulta importante el mensaje del impulso, pues la fatídica dana del pasado octubre marcó desde el principio todo lo que resta de legislatura.
También en el ámbito de la propia gestión de la Generalitat, que ha estado supeditada a todas las actuaciones de reconstrucción como no podía ser de otra manera.
Con el paso de los meses y el nuevo inicio de curso político, Mazón pretende visibilizar las acciones del Ejecutivo en su conjunto.
Agilidad en la ejecución
Respecto a los presupuestos, existen dos ‘órdenes’ por parte del presidente de la Generalitat. De un lado, la agilidad en la ejecución de las actuales cuentas en vigor, las de 2025, aprobadas el pasado mayo.
De otro, el ‘manos a la obra’ con las de 2026, pues su intención es presentarlas y tramitarlas en Les Corts, como ha informado EL ESPAÑOL.
Las Consellerias ya trabajan en los presupuestos del próximo año, pero primero Mazón ha de asegurarse de que Vox está dispuesto a negociar unas condiciones asumibles por el PP para tener su apoyo.
Y los tiempos aquí son importantes. La ley establece que las cuentas han de presentarse antes del 1 de noviembre y el presidente de la Generalitat quiere cumplir los plazos.
Sin embargo, no es descartable que, en función de lo que decida Vox, se pudiera posponer su presentación y tramitación a más adelante (por ejemplo, el primer trimestre del próximo año).
Son muchas voces (tanto en el PP como en Vox) las que opinan que resulta precipitado sacar adelante los presupuestos de 2026 tan poco tiempo después de aprobar los del 2025.
Entre otras cuestiones, porque el grado de ejecución de los vigentes será muy bajo. Y de ahí que Mazón, a su vez, quiera dar un impulso a la citada ejecución.
El líder del Gobierno autonómico evidenció, con su presencia en el ‘consellet’, la supervisión directa que quiere llevar sobre todos estos asuntos en las primeras reuniones que marcan el inicio del curso político.
Algo que también incluye, por ejemplo, el decreto que contempla el paquete de ayudas de 350 millones de euros para afectados por la dana que anunció el pasado martes.
Una medida dirigida a un importante nicho de votantes, los de las zonas afectadas por la tragedia, en mitad de un total enfrentamiento con el Gobierno central en el pago de las ayudas, entre otras muchas cuestiones.
Todo ello se produce, además, en la previsión de un otoño complicado con dos fechas señaladas: el 9 d’Octubre, día de la Comunitat Valenciana, que suele ser una jornada en la que se mide el pulso ciudadano; y el primer aniversario de la dana, en el que es probable que haya un pico de tensión.
Imagen de fortaleza
Por si la presencia de Mazón este miércoles en el ‘consellet’ no tuviera ya suficientes lecturas políticas, otra de ellas es la de su liderazgo.
El presidente de la Generalitat ha dejado claro, con sus palabras, sus acciones y su estrategia que no tiene intención de dimitir pese al cuestionamiento de su gestión de la dana.
Al intento de volver a cierta normalidad institucional aumentando su presencia pública y aprovechando la debilidad de la izquierda, con dificultades para plantear una alternativa solvente, ahora quiere dar una imagen de fortaleza.
Un ‘aquí sigo y aquí seguiré’, según interpretan numerosas voces del PP. Desde su entorno ya comienzan a hablar de la candidatura de las elecciones de 2027 como algo posible mientras Génova guarda silencio sobre ese futuro.