Las empresas canarias radicadas en San Vicente ‘sobrevivieron’ a la reciente catástrofe natural en la isla caboverdiana, una de las más graves de su historia, la tormenta tropical Erin. El país aún se recompone con la cooperación internacional y nacional, donde Canarias juega un papel esencial por sus históricos lazos como región de la Macaronesia y por los numerosos proyectos europeos que desarrollan ambos territorios.
Por suerte, las cinco empresas radicadas en San Vicente dedicadas a la hostelería, restauración, inmobiliaria, comercio y sanidad, de las sesenta firmas canarias que operan en la República de Cabo Verde, compuesta por diez islas de origen volcánico, no sufrieron daños directos, aunque «indirectamente» les ha afectado, como es lógico, el caos provocado por la Dana del pasado 11 de agosto. Las intensas lluvias dejaron nueve fallecidos, tres desaparecidos y más de 250 familias afectadas, además de importantes pérdidas materiales y económicas, con daños en viviendas, infraestructuras públicas y empresas locales, explicó ayer Jorge Cólogan , representante de la Fundación Canaria para la Acción Exterior en Cabo Verde del Gobierno de Canarias, que lleva años residiendo en el país africano.
Contenedores de ayuda
El Ejecutivo regional está desplegando una respuesta integral para apoyar a Cabo Verde, abordando tanto la emergencia humanitaria inmediata como el desarrollo de proyectos de cooperación a medio y largo plazo. Luis Padilla, director general de Relaciones con África, explica que se han activado diferentes vías para proporcionar asistencia rápida. Existe un convenio firmado con Cruz Roja, por el que desembolsan 50.000 euros para ayuda humanitaria y de emergencia. Un contenedor con material de ayuda ya ha salido de Canarias hacia la isla de San Vicente, incluyendo 234 kits de cocina, mantas, y otros enseres necesarios. Además, Canarias contribuye también a la respuesta humanitaria del Gobierno de España mediante un convenio con la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid), aportando otros 50.000 euros, que también está movilizando el envío de ayuda. Desde Cabo Verde han solicitado asimismo una planta desalinizadora debido a los problemas con el agua potable. Este proyecto se está analizando y probablemente se canalizará a través del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), indica Padilla. También han pedido una ambulancia.
Al respecto, el cónsul honorario de España en Cabo Verde, el canario Juan Cárdenes, fue uno de los primeros en movilizarse. Cuenta que «desde el minuto cero», el Consulado reaccionó a las llamadas de alerta iniciando una campaña de recogida de ropa y bienes de primera necesidad. Esta exitosa campaña, que duró una semana, logró llenar un contenedor completo de colchones, ropa en buen estado, juguetes para niños o libretas.
La expedición de este contenedor fue posible gracias a la colaboración de Boluda, empresa con intereses en Cabo Verde y operadora de la ruta marítima Canarias-Cabo Verde, que ofreció el flete de forma gratuita. Sobre la planta desalinizadora, junto con el Gobierno canario espera que a través del ITC se pueda llevar a efecto, al igual que la ambulancia, pues, explica, «parece que ya se ha encontrado una en la Península para su envío», así como un camión para desatascar la red sanitaria.
El Hotel Don Paco y Calzados Navarro en San Vicente. / Lp
Entre otras cuestiones, Cárdenes mantiene conversaciones con los empresarios de Cabo Verde, entre ellos Francisco Navarro, propietario de dos de los cinco negocios en San Vicente, el Hotel Don Paco, y Calzados Navarro, que no sufrieron daños materiales, pero sí entre su personal caboverdiano hubo un empleado que perdió a su madre y a su sobrino, además de otros, sus bienes materiales. «Fue muy duro», indicaba ayer, pero, en su caso, los inmuebles están situados cerca del mar y por ello no se produjeron embudos sino que el agua fluyó. El director de su hotel, natural de Cabo Verde, pero canario de adopción, José Antonio Rosabal, cuenta que el establecimiento ha centrado sus esfuerzos en apoyar a su personal y a sus familias afectadas. Se ha proporcionado ayuda financiera, alojamiento y desayuno. Además, el hotel ha servido como un centro para la recepción y distribución de ayudas destinadas a diversas asociaciones y entidades. El negocio, con 44 habitaciones, ha sufrido una caída del turismo, con cancelaciones por la tormenta, pero se ha adaptado, recibiendo ahora principalmente a clientes institucionales: empresas y organizaciones que están trabajando activamente en la recuperación de San Vicente
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