Después de 13 años sin dirigirse a los mercados financieros para obtener financiación a largo plazo, la Generalitat de Catalunya se ha dirigido al sector privado para refinanciar 3.500 millones de deuda antigua que tenía contraída con el Estado (a través del Fondo de Liquidez Autonómica, FLA). Y lo ha logrado a través de la formalización de 7 préstamos a 10 años con seis entidades financieras españolas a un tipo medio del 2,951%. El tipo de interés es medio punto más barato que el 3,497% de la deuda refinanciada, que fue contraída con el FLA en 2023 (cuando el precio oficial del dinero llegó al 4,75% para luchar contra la inflación). La Generalitat calcula que ello le permitirá un ahorro de 127,6 millones en pago de intereses a lo largo de los próximos años.
Llama la atención que el tipo de interés al que los grandes bancos españoles han prestado dinero a 10 años a la Generalitat (el 2,951%) es incluso ligeramente inferior al de las últimas emisiones de bonos realizadas por el Tesoro al mismo plazo (3,2% en las emisiones de mayo, junio y julio). Y ello, a pesar de que la calificación de la deuda de Catalunya (‘rating’) se sitúa dos y tres escalones por debajo de las que las agencias Fitch y Moody’s asignan a España. César Cantalapiedra, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), explica que esta aparente incongruencia tiene que ver, al menos en parte, con «la competencia entre los bancos por el negocio del sector público», que ha sido muy grande en los últimos meses.
Salvador Illa, con la consellera Alícia Romero, en la reunión del Consell Executiu. / Archivo
Emisiones realizadas en 2025
La incursión de Catalunya en el mercado financiero es solo una muestra más de la tendencia a una mayor autonomía financiera en la que están avanzando las comunidades para desvincularse cada vez más de la tutela del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), con el que el Estado viene surtiendo de financiación a los territorios desde 2012. Para ello, es clave que las autonomías logren en el mercado libre un tipo de interés que no sea muy superior al que ofrece el FLA y eso es lo que están logrando las comunidades con menor nivel de endeudamiento y lo que, de forma puntual, ha logrado la Generalitat de Catalunya en su operación de refinanciación.
Según explica Juan Manuel Martínez, socio del área de Corporate Treasury Advisory FAAS de EY España, el tipo de interés del FLA se fija «en función de lo que le cuesta financiarse al Gobierno, o lo que es lo mismo del coste de la deuda soberana española”. De este modo, los tipos de interés aplicados al FLA se aproximan a los del Tesoro Público. Martínez explica que a este tipo hay que sumarle un pequeño margen que cubra los costes de emisión del Gobierno y otro pequeño margen en función de las condiciones del mercado. Así, “si una comunidad autónoma tiene que acudir por sí misma a financiarse a los mercados, probablemente sería más caro, dado que cada administración territorial no podría beneficiarse del ‘rating’ del país, que habitualmente es mejor que el propio de la comunidad autónoma”.
Para 2025, el programa del FLA intereses en el entorno del 3% para los nuevos préstamos a las comunidades autónomas, según se desprende de alguna operación formalizada por Baleares. Un rastreo por las emisiones de deuda a 10 años lanzadas por las autonomías en 2025 revela que el tipo de interés al que han logrado financiarse está en línea con el del FLA, tal como también ha demostrado la operación de préstamos bancarios de la Generalitat.
La web del Banco de España incluye un listado de comunicaciones del mercado primario de deuda pública. En este listado figuran un total de 22 operaciones comunicadas desde enero por las comunidades autónomas de Madrid, Andalucía, Castilla y León, Canarias y Galicia.
La mayor parte de las emisiones de Madrid son pagarés (a corto plazo), si bien la comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso también lanzó en febrero una obligación a un plazo de 10 años y un tipo de interés del 3,14%, en línea con el tipo que entonces correspondía a las emisiones del Tesoro para ese mismo plazo (3,06%).
En marzo, Andalucía emitió títulos a 10 años y a un tipo del 3,3% (cuando las emisiones del Tesoro estaban al 3,4%) . Las dos emisiones a ocho años lanzadas por Andalucía este año también han estado en línea con los tipos de interés de las emisiones del Tesoro.
Lo mismo ha sucedido como las emisiones a siete años de Castilla y León y de Galicia (ligeramente por debajo del 3%), con la emisión a cinco años de Madrid (2,49%), o con la lanzada por Canarias a 12 años (3,35%). En todos estos casos los tipos han estado en línea con los del Tesoro, si acaso una décima porcentual por arriba o por abajo.
Mayor autonomía financiera
La propuesta del Gobierno para que el Estado asuma deuda de las autonomías por 83.252 millones de euros (condonación de deuda) pretende facilitar y engrasar la salida a los mercados financieros de las comunidades. Pese a esta quita de deuda, los expertos consultados coinciden en que la salida a los mercados seguirá siendo muy difícil para autonomías como Catalunya, Valencia, Murcia o Castilla y León, sobreendeudadas. Podrán sacar operaciones puntuales -explican- pero para estas comunidades con carácter general, seguirá resultando más caro el tipo de interés que les reclamarán los bancos e inversores que el que les puede ofrecer el FLA (que es el mismo al que se financia el Estado más una prima por gastos de gestión).
En el objetivo de facilitar la salida progresiva a los mercados de las comunidades autónomas, se engarza, también la decisión del Ministerio de Hacienda del pasado 28 de julio. Sobre todo, se facilita la salida a los mercados para las comunidades que cerraron el ejercicio 2024 en equilibrio o superávit presupuestario o que su nivel de endeudamiento no hubiera superado el 19,5% del PIB el año pasado.
Catalunya y Madrid, en los extremos
Tras el estallido de la crisis de deuda y el hundimiento de las finanzas de la mayor parte de las autonomías, el FLA y la Facilidad Financiera (dependientes del Tesoro del Estado) sirvieron para prestar dinero a las comunidades autónomas cuando nadie se lo prestaba si no era a costa de un tipo de interés muy elevado.
El uso de los mecanismos extraordinarios de financiación dispuestos por el Estado desde 2012 ha sido muy heterogéneo entre las distintas comunidades, e incluso muy distinto dentro de cada una a lo largo del tiempo. Comunidades como Navarra y País Vasco nunca han acudido a este tipo de financiación, mientras que Madrid no participa desde el año 2020. Algunas comunidades han reducido notablemente su participación ―Canarias (del 88% al 19,6%), Galicia (del 57% al 17,5%), Asturias (del 48% al 14,4%)― mientras que otras la han aumentado ―Extremadura (del 23% al 76,3%), La Rioja (del 24% al 66,1%), según datos recopilados por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).
La Airef agrupa en cuatro niveles a las comunidades autónomas en función de su utilización del FLA y el Fondo de Financiación. En un nivel de ‘utilización intensiva’ (superior al 75% de su deuda total) se ubican Cantabria, Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Castilla-La Mancha y Extremadura. Un nivel de ‘utilización alta’ (superior al 50%) corresponde a Aragón, Baleares, La Rioja y Andalucía. En el nivel de ‘utilización baja’ (entre el 15 y 20% de su deuda total) están Canarias, Galicia, Asturias y Castilla y León. En Navarra, Madrid y País Vasco hay una ‘utilización nula’.
Casi 210.000 millones de deuda viva en el FLA
Desde 2012, cuando se pusieron en marcha, el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y la llamada Facilidad Financiera han servido para financiar más de 400.000 millones del déficit acumulado por las comunidades autónomas en los 14 años transcurridos. Al cabo de este periodo, aún quedan vivos casi 210.000 millones de deuda de las autonomías con el Estado, el 62% del total de sus pasivos. El resto del endeudamiento lo es con los mercados financieros (bancos e inversores).
Gracias al FLA, las comunidades autónomas han podido financiarse desde 2012 al mismo tipo de interés, más ventajoso, que lograba hacerlo el Estado, con una calificación crediticia más elevada que la de la mayoría de las comunidades autónomas.
Las autonomías se han ahorrado, así, mucho dinero en pago de intereses de la deuda pública. El precio que han pagado por ello es la pérdida de autonomía financiera y política, por su dependencia del Estado. No en vano, el acceso al FLA obliga a acordar con el Ministerio de Hacienda un plan de ajuste con compromisos y condiciones asumidos por la comunidad autónoma correspondiente.
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